El equipo celeste encarará el duelo con la misión de marcar diferencia no solamente en la parte futbolística, sino ser efectivo en la definición de las oportunidades de gol.
El equipo celeste encarará el compromiso con la responsabilidad de ganar y por goleada, y para alcanzar el objetivo presionará desde el minuto inicial para abrir la férrea defensa que presentará el rival, que tratará, por todos los medios, de llevarse puntos del Siles.
Con la necesidad de ganar y por una buena diferencia de goles, Bolívar enfrentará hoy al equipo peruano de Cienciano, en partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, que se jugará en el estadio Hernando Siles desde las 18.00.
El equipo celeste encarará el duelo con la misión de marcar diferencia no solamente en la parte futbolística, sino ser efectivo en la definición de las oportunidades de gol que pueda generar a lo largo de los 90 minutos de juego, ante un rival que tiene un buen bagaje por su transitar con buenos resultados en competencias internacionales.
La Academia no está en condiciones de desperdiciar la gran ocasión para dar otro paso a un gran logro en su centenario, después de haber fracaso en la Copa Libertadores. El técnico Flavio Robatto confía en la respuesta de sus dirigidos, quienes son conscientes de la responsabilidad que pesa sobre ellos para darle una alegría a la hinchada bolivarista.
Para desplegar un juego con mucha presión en función ofensiva, Robatto planteará un onceno con tres delanteros (Damián Batallini, Martín Cauteruccio y Patricio Rodríguez) dedicados a romper la férrea defensa que presentará el cuadro peruano. Hay confianza en dar el primer golpe.
En tanto, el cuadro cusqueño apelará a su buen recorrido en torneos de la Conmebol, con jugadores que saben y conocen cómo hacerle daño al adversario, sin temor a los efectos de la altitud, tomando en cuenta que se entrena y juega en Cusco, ciudad peruana ubicada a 3.400 metros sobre el nivel del mar.
Arbitrará el colombiano Jhon Ospina, asistido por sus compatriotas Jhon Gallego y Roberto Padilla.
AEP