Ningún rival pudo reponerse del mazazo y Stona regaló a la tierra del reggae un oro tan inesperado como festejado ante las horas bajas que viven sus velocistas.
La fresca noche vaticinaba marcas sobresalientes en el campo, pues el lituano Mykolas Alekna, recordista mundial con 74,35 metros, abrió exultante con envíos de 68,55 y 69,97 m, este último válido para destrozar el primado olímpico que estaba en poder de su propio padre, Virjilijus, desde Atenas 2004 (69.89).
Los restantes favoritos: el esloveno Kristjan Ceh, el sueco Daniel Stahl y el australiano Matthew Denny apenas respondieron al fulgurante inicio del báltico, aunque se acomodaron entre los primeros para asegurar presencia en los disparos finales.
Precisamente al arrancar la ronda decisiva de últimos tres envíos se apareció el ‘Chico’ gigante (2,00 metros de estatura) nacido 25 años atrás en Montego Bay y destrozó la plusmarca conseguida un rato antes por Alekna hijo: el disco enviado por Stona cayó justo sobre la cinta de los 70,00 metros. El Stade de France pareció explotar por los decibeles.
Ningún rival pudo reponerse del mazazo y Stona regaló a la tierra del reggae un oro tan inesperado como festejado ante las horas bajas que viven sus velocistas.
Alekna una vez más quedó para la plata como en el Mundial de Eugene 2022, aunque mejor que el bronce de Budapest 2023, mientras Denny (69,31) capturó la presea bronceada, para superar la cuarta posición que alcanzó en la cita estival precedente.
El campeón olímpico de Tokio 2020 y del orbe en Budapest 2023, el veterano sueco Stahl cayó estruendosamente a la séptima posición, incapaz de superar a sus más jóvenes rivales.
EL TRIUNFO DE HALL
Por su parte, el estadounidense Hall no solo hizo el tiempo de su vida (43.40 segundos), sino que levantó las tribunas con su acelerón en la recta final, a la que entró en una quinta-sexta posición, y con increíble alirón final rebasó a tirios y troyanos, para conquistar un oro muy aplaudido desde los graderíos.
Y si Hall fue el protagonista principal, los actores de reparto hicieron lo suyo, pues el británico Matthew Hudson-Smith, el zambiano Muzola Samukonga y el trinitario Jereem Richards igualmente consiguieron sus mejores registros personales de por vida.
Hudson-Smith (43.44), también subcampeón planetario en la capital húngara, impuso récord europeo, mientras Samukonga se adueñó del bronce con 43.74 segundos, en cerrada disputa con el caribeño Richards (43.78).
Prensa Latina/AEP