Arce asegura que Bolivia no está quebrada, descarta su renuncia, devaluación y retiro de la subvención

Arce y su gabinete se reunieron este miércoles para analizar la actual situación y diseñar las 10 medidas para enfrentar el problema de la provisión de combustible.

El presidente Luis Arce salió al frente de una serie de rumores y no solo fijó 10 medidas para enfrentar el problema de la provisión de carburantes, sino también dejó en claro que Bolivia no está quebrada, que no pide limosna sino créditos, que no acudirá a la devaluación ni al retiro de la subvención y descartó una eventual renuncia.

Acompañado por su gabinete ministerial y en un mensaje al país desde la Casa Grande del Pueblo, Arce detalló las 10 medidas para aminorar el impacto de los problemas de provisión de carburantes, entre ellos la jornada laboral continua en el sector público y privado, clases virtuales y aprovisionamiento de carburantes al sector productivo y público para la atención de emergencias.

También respondió a una serie de especulaciones, asegurando que no dimitirá al cargo que lo llevó a la Presidencia con el voto ciudadano en 2020, y que no recurrirá a la devaluación o al retiro de la subvención a los carburantes, porque su Gobierno -afirmó- tiene como prioridad el cuidado de la familia boliviana y de su economía.

“No vamos a tomar medidas como devaluación, como levantar la subvención, que esa medida no resuelve el problema que hoy enfrenta nuestro país. El problema que hoy enfrente el país es muy simple, es la falta de liquidez de dólares transitoria que estamos enfrentando”, insistió.

Por decisión de los legisladores de Evo Morales y de las opositoras Creemos y Comunidad Ciudadana (CC), el Legislativo no aprueba créditos por más de $us 1.600 millones que, de ser aprobados, pueden dar liquidez de dólares a la economía, para la compra de combustibles y cumplir otras obligaciones.

Cuando son aprobados los créditos, los dólares llegan al Banco Central de Bolivia (BCB) y de ahí salen a financiar obras en bolivianos, mientras la divisa se suma a las Reservas Internacionales Netas (RIN), para destinar a, por ejemplo, la compra de combustible. Bolivia importa el 90% de diésel y el 59% de gasolina.

En 2024 se destinaron más de $us 3.500 millones para importar el combustible, que en Bolivia es subvencionado, es decir, se lo vende en mucho menos de lo que se lo compra en el mercado internacional.

“Nosotros no estamos pidiendo limosna. Nosotros no estamos pidiendo más que los créditos que el Estado puede pagar, porque hoy el problema que enfrentamos no es que la economía esté quebrada, no es que estamos en una crisis económica, estamos enfrentando un problema de iliquidez de dólares norteamericanos, de dólares, de divisas, de moneda extranjera, para pagar las importaciones de combustible”, afirmó.

Arce aseguró que Bolivia requiere de los créditos para salir de este coyuntural problema, como lo admiten los propios precandidatos y opositores cuando hablan de pedir créditos, incluso al Fondo Monetarios Internacional (FMI) de $us 12.000 millones y de $us 5.000 millones para enfrentar los problemas.

“Vamos a seguir trabajando para poder resolver, en la medida de nuestra posibilidad, todos estos problemas que enfrentamos, incluida la falta de liquidez. Sin duda alguna, sería mucho más fácil para todos los bolivianos y bolivianas evitarnos estos problemas y aprobar esos créditos que, vuelvo a explicar, jamás están destinados a otro tipo de actividades”, aseguró en el mensaje al país.

Arce y su gabinete se reunieron este miércoles para analizar la actual situación y diseñar las 10 medidas para enfrentar el problema de la provisión de combustible, que provoca largas filas de vehículos en las estaciones de servicio.

ABI

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