El inicio de la gestión del presidente Luis Arce estuvo marcado por tareas para enfrentar los efectos en la pospandemia y la recuperación de la economía luego de la mala administración de Añez.
Los efectos de la pandemia del Covid-19 y la mala administración del “gobierno de facto de Jeanine Añez” marcaron el inicio de la gestión del presidente Luis Arce, que hoy cumple cuatro años al mando de Bolivia y con más de 16 desafíos encarados.
Situación
En noviembre de 2020, Luis Arce encontró un país sumido en la pobreza, con una tasa de desempleo del 8,4%, porcentaje mayor al que se registró hace dos décadas en el país, luego del retorno de la “ortodoxa liberalización de nuestra economía”, declaró el mandatario boliviano durante su mensaje por los 199 años de independencia de Bolivia.
A esta situación se sumó el deterioro de la educación y el colpaso del sistema sanitario ante la falta de insumos no previstos por el gobierno de facto de Añez, que llevó al país a un confinamiento sin aplicar medidas para encarar el virus del Covid-19.
Desafíos
Frente a ello, el primer desafío del presidente Luis Arce fue encarar la pospandemia luego de los efectos que dejó en la economía, en la salud, la educación y en la economía.
El Gobierno ejecutó Bs 3.774 millones entre noviembre de 2020 y diciembre de 2022 en la compra de insumos médicos y equipos. Fortaleció los hospitales “para cuidar el bien mayor”, aseveró Arce.
En medio de esta tarea, enfrentó un segundo desafío y este fue restablecer el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y otorgar el Bono Contra el Hambre a más de cuatro millones de personas con un monto pagado de Bs 4.036 millones; invertir en la generación de empleo, reactivar la inversión pública con un fideicomiso y otras tareas inmediatas para encarar el desafío sanitario y la crisis económica de 2019-2020.
Tercer desafío: mientras se recuperaba la economía, en 2021 comenzaron las movilizaciones en el país con “tintes” políticos, lo que incrementó el precio de los productos.
Una fue en 2021, cuando se registró el paro nacional contra la Ley 1386 de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas. La otra fue en octubre de 2022, con el paro de 36 días del Comité Cívico pro Santa Cruz por el censo. Esta movilización causó una pérdida económica de $us 1.200 millones.
A estas movilizaciones se suma el bloqueo de 16 días del evismo en enero y parte de febrero de 2024 por las judiciales; además la marcha de septiembre y un nuevo corte de vías que cercó el corazón del país, Cochabamba, que recientemente fue abierto luego de que el Ejecutivo activó un plan para liberar las vías.
Cuarto, a partir de finales de 2022 comenzó un contexto de politización, en especial de la economía, hecho que se profundizó en 2023 y que se mantiene en la actualidad.
Quinto. Adicionalmente, en el ámbito interno, la gestión económica se vio obstaculizada por el boicot de créditos en la Asamblea Legislativa Plurinacional que desde 2021 retrasó y paralizó la gestión de normativas económicas planteadas para reforzar y atender oportunamente los problemas que ya se avecinaban.
Sexto. La excesiva polítización de sectores opositores respecto al dólar, combustible y alimentos generó una ola de especulación, agio y contrabando en el país.
GOLPE FALLIDO
Séptimo. El 26 de junio de este año, la democracia en el país estuvo en vilo luego de que un grupo de militares intentó quebrantar el orden constitucional. Arce enfrentó este momento apoyado por las organizaciones sociales.
Octavo. Debido a la excesiva politización se generó una “psicosis” sobre la economía que hoy sigue latente.
El analista económico Martín Moreira expuso que esta politización excesiva de parte de los actores como el evismo y otros es la que más daño le hace al país.
Noveno. El otro desafío que encaró el presidente Arce fue la mala gestión, falta de inversión en materia hidrocarburífera con estrategias de exploración de pozos bajo el Plan de Reactivación del Upstream. El resultado de este trabajo es el descubrimiento del pozo Mayaya Centro X-1 en el norte de La Paz.
Siete desafíos externos
Los otros siete desafíos que enfrentó son del ámbito externo y están ligados a la profundización de las tensiones geopolíticas en Europa del este, determinadas por los intereses de expansión de la OTAN, y la peligrosa inestabilidad de Medio Oriente.
Uno es la guerra de Ucrania y Rusia. A esta se suma la crisis inflacionaria mundial, de la que Bolivia no estuvo exenta y afectó en los productos importados. Otro problema es la desaceleración del Producto Interno Mundial (PIM) que elevó las tasas de interés, lo que derivó en la carencia de la demanda interna y externa de las economías. Bolivia, como país importador de combustibles, desembolsa mayores recursos económicos en dólares para comprar diésel y gasolina.
En el mundo existe una ralentización del comercio internacional, lo que afecta también al país.
Además, por este contexto de crisis mundial, se aumentaron los montos de pago de la deuda erogados por los países, en un contexto de una difícil situación fiscal.
La Paz/AEP