Partir de Cero: El Cóndor de Bolivia 1825-1826

El primer periódico boliviano. Sus páginas roturan un campo no explorado hasta entonces y expone los sucesos que forman la trama de la memoria republicana, corta todavía.

Las reflexiones sobre la historia y la cultura de la experiencia republicana boliviana tienden a girar en torno a la “cuestión nacional”. La mayoría de las interpretaciones destacan la ausencia de una burguesía industrial sin poder conectar el mercado a nivel nacional, y han concluido que las élites bolivianas fueron incapaces de constituir al país como nación. Los juicios en torno a la frustración, sin embargo, implican una visión retrospectiva. Bolivia nace a la vida republicana en 1825 y, tras un largo proceso colonial, se constituye en territorio libre y soberano. La configuración política y económica de Bolivia tuvo que reconstituirse, ya que el sistema colonial había dejado marcado un modo reproductivo. Si durante el periodo colonial la Real Audiencia de Charcas había dependido de la producción argentífera de la Villa Imperial de Potosí, con la nueva realidad republicana el nuevo país tuvo que concentrarse en su modo reproductivo antiguo. Potosí significaba la riqueza y, por lo tanto, la necesidad de reconstituir el espacio minero, fue una tarea primordial para los primeros gobernantes.

Condo 0624

Si tuviéramos que empezar a ver cómo inicia esta fase de nuestra historia, tendríamos que remontarnos a 1825; año de sucesos que no podían ser más trascendentales para los bolivianos. Solo para mencionar algunos acontecimientos, es el año de la llegada del Ejercito Libertador con el Mariscal Antonio José de Sucre a la cabeza. La extinción de la última fuerza militar española en Tumusla. Era la primera vez que se convocaba a elegir a sus representantes y gobernantes.Una asamblea que comenzaba la desconocida tarea de legislar. Gobernantes sin práctica en la administración pública y que además habían accedido por primera vez al manejo del Estado. Parlamentarios que no conocían otro sistema que el colonial español. Como si todo ello fuera poco para conmover el ánimo de los bolivianos, se sumaba la llegada de Simón  Bolívar, ese ser convertido en leyenda viva.

Condor 5 0624

Como toda historia de pueblos y hombres, la de Bolivia ofrece relieves de sacrificios y desprendimientos y a la vez de egoísmos y ambiciones. Se ilumina con las fulguraciones de la fe y el civismo y desciende a las simas del desaliento y la frustración. Así lo ve el periódico El Cóndor de Bolivia, sus páginas roturan un campo no explorado hasta entonces y expone los sucesos que forman la trama de la memoria republicana, corta todavía. Entrega al público un cuadro en lo posible completo de los hechos.

Condor 4 0624

Debemos tomar en cuenta que la difusión de la información fue un pilar importante en el gobierno de Antonio José de Sucre (1825 -1828). Durante su administración se publicó el Cóndor de Bolivia, considerado el primer periódico boliviano; empezó a circular el 12 de noviembre de 1825. La publicación era conocida como el Periódico de la Independencia. Estaba dirigido por Facundo Infante, uno de los hombres de mayor confianza del Mariscal. No solo defendió las ideas liberales del Gobierno, sino que también fue ministro del Interior y Relaciones Exteriores.  Con el establecimiento del Cóndor de Bolivia, Sucre inaugura el ejercicio del periodismo y crea con él un registro impreso de la historia del nuevo país.

Bolívar abandonó el país en diciembre de 1825 debido a que había la necesidad de trasladarse a Lima para inaugurar el Congreso, motivo por el cual obligó al Libertador delegar el mando en Antonio José de Sucre, que este acepto muy a pesar suyo. En el siguiente fragmento podemos apreciar la siguiente nota hecha por Bolívar para despedirse de la nación: “HE AQUÍ LA PROCLAMA, QUE S.E. EL LIBERTADOR HA DIRIGIDO A LOS HABITANTES DE BOLIVIA: CIUDADANOS. Un deber sagrado, para un Republicano, me impone la agradable necesidad de dar cuenta a los Representantes del Pueblo de mi administración. El Congreso Peruano va a reunirse; y yo debo devolverle el mando de la Republica que me había confiado. Así parto para la Capital de Lima, pero lleno de un profundo dolor, pues me aparto momentáneamente de vuestra patria, que es la patria de mi corazón y de mi nombre. CIUDADANOS: Vuestros Representantes me han hecho confianzas inmensas, y yo me glorío con la idea de poder cumplirlas, en cuanto dependa de mis facultades. Seréis reconocidos por una Nación Independiente, recibiréis la constitución más liberal del mundo; vuestras leyes orgánicas serán dignas de la más completa civilización —el Gran Mariscal de Ayacucho está a la cabeza de vuestros negocios— y el 25 de Mayo procsimo (sic) será el día en que BOLIVIA SEA. Yo os lo prometo” – Chuquisaca 1º de enero de 1826 - BOLIVAR (Chuquisaca, jueves 5 de Enero de 1826).

Condor 3 0624

También podemos apreciar la carta de Simón Bolívar demostrando su apoyo y alegría cuando el Mariscal de Ayacucho asume la Presidencia: “SIMON BOLIVAR LIBERTADOR DE COLOMBIA Y DEL PERU. A S.E. el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, Presidente de la República de Bolivia. Grande y buen amigo: Al veros colocado por el voto unánime de los representantes de Bolivia a la cabeza de la administración de esa república, veo colmados todos mis deseos y asegurada la dicha del pueblo. Yo bendigo el acierto de los escogidos de la nación Boliviana. Si vuestra escesiva (sic) moderación os ha hecho creer que la Presidencia es superior a vuestras fuerzas, los resultados de vuestra administración anterior, en tiempos más difíciles, justifican la noble violencia que os han hecho los representantes para que aceptaséis el mando. La nación que no calcula sino por los bienes o los males que experimenta no se adhiere a los candidatos sino guiada por otros principios. Ella os ha confiado sus destinos y ninguno era más digno de regirlos que su más insigne bienhechor. El mensaje que manifestáis los actos notables de vuestra administración, el uso que habéis hecho del ilimitado poder, que se os confió, la situación interna del estado y sus relaciones con las demas Repúblicas presenta a los Lejisladores (sic) la senda por donde habéis marchado lo que habéis empleado para fomentar la República, y las mejoras que su sabiduría puede dictar. Este cuadro abraza cuanto es digno de la sabiduría. La parte que me atribuye en la composición de la obra magnífica de vuestros esfuerzos (sic) es más la espresion (sic) de vuestros jenerosos (sic) sentimientos, que la realidad de mis servicios. Cuando torne a ese territorio, será para contemplar de cerca los hermosos progresos de Bolivia y para gozar del espectáculo arrebatador de verme en medio de una nación entera, que os bendiga como al autor de su ventura. Aceptad desde luego mi antisipada (sic) congratulación por gloria tan grata. Dado firmado y refrendado por el Secretario jeneral (sic), en el cuartel jeneral (sic) de la Magdalena a 4 de junio del Año del Señor, de 1826 – BOLIVAR- Por S.E. el Libertador – El Secretario Jeneral – José Gabriel Perez. (Chuquisaca jueves 21 de agosto de 1826) 

Una de las misiones de El Cóndor de Bolivia fue contribuir a preservar la integridad de la nación, amenazada en distinto grado por Perú y Argentina. En sus columnas reflejan un constante temor ante ese asedio. Los editores tenían plena conciencia de que la estabilidad y la soberanía de Bolivia dependía en gran parte de lo que fuera a ocurrir en Perú y Colombia. Razón por la que el periódico seguía e informaba con detalle y precisión los actos y desplazamientos de Simón Bolívar. Por eso mismo, en la empobrecida Bolivia de ese tiempo, uno de los motivos capitales para la circulación del periódico era la necesidad de que se difundiese el pensamiento de la Constitución escrita por Bolívar y las reformas institucionales que Sucre ejecutó. Conocían las dificultades que afrontaba Bolívar frente a la disolución de sus grandes proyectos. Siempre leal al Libertador, que así tan lejos como él estaba era como desde el periódico Bolivia le mandaba su apoyo incondicional.

Condor 2 0624

El Cóndor de Bolivia refleja los tres años de extrema intensidad que vivió la naciente y flamante Republica, y nos va mostrando una dramática sucesión de acontecimientos para una colectividad que comenzaba a organizarse.  Refleja de manera exhaustiva las difíciles circunstancias internas y externas que confrontó la administración del Mariscal Antonio José de Sucre, constituye desde todo punto de vista una fuente imprescindible para la comprensión del complejo proceso formativo de la nación boliviana por la cual Sucre consagró sus desvelos desde febrero de 1825 hasta abril de 1828. Sin embargo, ante la presión de los peruanos, que se oponían a la independencia boliviana, y a los varios motines que se sucedieron a continuación, el Gran Mariscal de Ayacucho decidió renunciar a la presidencia en 1828.

Sucre conoce de dulzuras y amarguras, de respaldo y de traición, de amistad y enemistad, con un factor a su favor: el pueblo boliviano sí lo quería.  Sin embargo el 18 de abril de 1828 estalló un motín en Chuquisaca, en el que resulta herido. Al respecto hay una nota describiendo lo siguiente: “Los facciosos han empezado la guerra civil en Bolivia derramando la sangre del vencedor de Ayacucho, el fundador de nuestra patria… El jeneral (sic) SUCRE tomó sobre su responsabilidad el constituirnos un pueblo independiente, que guiado por leyes propias y gobernado por sí mismo se adquirieran todos los bienes sociales. Tres años de un constante trabajo, de una consagración entera a la dicha publica, de un desprendimiento ejemplar, de una sumisión a las leyes nos habrían proporcionado tener una patria y gozar de la paz, de la seguridad y de la libertad y de cuantas garantías pueda apetecer el hombre en sociedad. En vísperas de entregar este pueblo a la Representación Nacional, transformado enteramente y cuando por toda recompensa quería el vencedor de Ayacucho la prosperidad de Bolivia y retirarse a descansar a su patria, un puñado de facciosos ha vertido su sangre en nuestras propias calles y lo que es más han pretendido ultrajarlo delante del mismo pueblo que pródigamente recibió beneficios de su mano”.(Chuquisaca, jueves 1 de mayo de 1828).

Este incidente ocasionó que el Mariscal tomara la decisión de abandonar la Presidencia de Bolivia para evitar rencillas y lograr la pacificación de la Republica.  La canallada unida a la traición lo deja prácticamente inválido al no poder utilizar su mano derecha. Es tomado rehén y recluido contra su voluntad en diferentes lugares antes de poder dirigirse a la capital boliviana para allá dictar otro de sus grandes memoriales. Memorial de recomendaciones, memorial para perdonar ofensas, memorial para buscar la paz. En ese gran mensaje también tiene su puesto de honor la educación. La despedida del primer Presidente de Bolivia se efectúa el 2 de agosto de 1828. Convaleciendo aún de la herida que le han infringido en el brazo derecho, lee su último mensaje al Congreso de la República que él mismo ayudara a fundar. Reconoce errores, presenta proyectos, deja ideas para el desarrollo, aconseja sobre todo sobre la deuda pública y también manifiesta haber cumplido. Terminó su último mensaje demandando la observancia de las leyes, el respeto a los otros y la conservación de los derechos.

Los acontecimientos políticos de la época provocaron la intempestiva clausura de la imprenta que la editaba. La orden de clausura fue intempestiva, porque en lo que sería el último número (134, del 26 de junio de 1828) el periódico no publicó ninguna nota de despedida. Mientras el Mariscal da su último mensaje de despedida al Congreso saldría de Chuquisaca rumbo a Quito. Sin embargo El Cóndor de Bolivia demostró hasta el final la lealtad que le tenía al Mariscal con una nota en donde decía: “Se ha dicho muchas veces que la ingratitud es propia de los republicanos y en verdad que esta acusación por excelencia no nos empeñamos mucho en desmentirla. Yo no diré ahora con la estencion que era justo que el Jeneral (Sic) Sucre … El y solo El fue quien creó Bolivia, pues sin su famoso decreto de 9 de Febrero de 1825 en La Paz nuestra patria no compondría una Nación libre y soberana. Pudo entonces hacer que el Alto Perú formase una Nación con el bajo: pudo incorporarnos a la República Argentina. ¿Y lo uno y lo otro, quién se lo contrariaría al que cubierto de laureles se hallaba a la cabeza de quince mil soldados? Luego figuramos en el mundo como Nación porque así lo quiso el jeneral (sic) SUCRE. Debemos estarle agradecidos a este bien… Y no se diga que después hubiéramos conseguido nuestra independencia. Esto además de que problemático nos hubiera, sin el decreto dicho, costado mucha sangre para constituirnos y separarnos de la sección a que estábamos unidos. Si de este bien pasamos a otros, que el Mariscal de Ayacucho nos ha hecho no encontraremos más que razones para esta eternamente agradecidos”.

La historia es un objeto, con un pasado sobre el cual se actúa para poder representarlo en el presente. Es por consiguiente una revelación de la forma, las preocupaciones e inquietudes de los hombres del pasado. Es un ejemplo de sus ansiosas observaciones. Exhibe la expresión de los escritores del pasado que puesto en manos de nuevos lectores constituye un rescate de las coordenadas del pensamiento histórico del pasado. El pequeño periódico, del tamaño del papel oficio, intentó incrustar en la conciencia del libre ciudadano boliviano a serlo realmente con el ejercicio de derechos y deberes, pero también con sacrificios y renunciación. Autor y obra están entregados al juico y la crítica, en realidad revisión de quienes pueden encontrar justos o incompletos. 

La Paz/AEP/ Pamela E. Escóbar Carpio

Política
Imprimir