En 1982, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia logró uno de sus grandes hitos: vencer a las dictaduras.
La Paz, 11 de septiembre de 2023 (AEP).- Desde siempre, los trabajadores campesinos de la CSUTCB han vivido bajo el acecho de la división. A pesar de ello, en 1982, luego de más de siete años de lucha en silencio, con exiliados y víctimas fatales, lograron que Bolivia retorne a la democracia.
A los pocos años de haberse fundado, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) logró su primer objetivo: derrocar a los gobiernos dictatoriales que habían exiliado, perseguido e incluso asesinado a varios dirigentes campesinos.
El 26 de junio de 1979 se fundó la confederación con la misión de organizar a quienes trabajan la tierra, desde el oriente, altiplano, valles, hasta la Amazonia.
Su primer voto resolutivo, dentro de su estructura legalmente establecida, a la que se denomina hito histórico, fue unir al campesino y luchar contra la dictadura, impuesta por Estados Unidos, en varios países de Latinoamérica.
El impulsor de esta batalla fue Genaro Flores, quien junto a otros dirigentes como Félix Santos diseñó la misión, visión y filosofía de la CSUTCB, enmarcada en la influencia del líder indígena Túpac Katari.
Por un momento dejaron sus demandas ancestrales e irrenunciables, el derecho a la tierra y territorio.
Algunos antecedentes de la lucha
• El 26 de junio de 1979 nació a la vida orgánica la CSUTCB.
• Tras el golpe de Estado de René Barrientos, se puso en marcha el Pacto Militar- Campesino, que tenía la intención de acabar con las organizaciones campesinas.
• Plan Cóndor. La CSUTCB y la COB se unieron para tomar acciones frente a la persecución de dirigentes.
Democracia
Félix Santos relata a Ahora El Pueblo que aquella lucha que emprendió Katari, por la tierra y territorio, se transformó en los años 60 y 70 en la lucha por la unión del sector y por los derechos humanos arrebatados por las dictaduras.
“Estábamos siete años luchando casi en silencio contra las dictaduras; muchos quedaron exiliados, incluso muertos, y necesitábamos unirnos para derrocarlos. La convicción, en ese entonces, era la unión y los derechos humanos, recuperar la democracia”, cuenta Santos.
El día que derrocaron al dictador Luis García Meza, miles de mujeres y hombres del campo bajaron por la autopista que une a La Paz con El Alto para abrazarse por la batalla ganada.
“Era histórico, nuestro primer voto resolutivo se había cumplido y desde ese momento la CSUTCB fue reconocida como la máxima organización orgánica. El nombre de única proviene de la unidad que se logró”, aclara Santos.
La lucha no fue nada fácil, desde el primer momento en que se buscaba unir la estructura orgánica del ente sindical, los gobiernos de facto, como el de Hugo Banzer Suárez y otros, trataron de infiltrarse y dividir al sector.
“Alrededor de los campesinos estaban los agentes de Banzer y de Juan Pereda Asbún. Desde siempre se quiso dividir y usar al campesino para el poder, hasta las oficinas del Ministerio del Interior (de ese entonces) estaban metidos en la organización”, comenta.
UNIDAD
Sin embargo, primó la unidad “desde antes y lo será por siempre”, porque ese es el legado del líder indígena Túpac Katari, de la heroína Bartolina Sisa y de otros héroes que dieron la vida por los campesinos, asegura el exejecutivo de la confederación.
CSUTCB
La CSUTCB se fundó bajo los principios del centralismo democrático e ideología pluralista, porque Bolivia es diversa y nadie “piensa igual”.
Es la principal organización sindical de los pueblos originarios quechuas, aymaras, tupi guaraníes y otros trabajadores del campo, afiliada a la Central Obrera Boliviana (COB), y es reconocida en el país y en el ámbito internacional por su lucha de siempre, por la unidad y los derechos del sector.
Antes de su vida orgánica, el ente matriz pasó por varias etapas. Su origen: las sublevaciones indígenas contra la usurpación española, y el derecho a la tierra, como legítimos dueños.
Su premisa: la unión hace la fuerza; por eso pueden tomar la decisión y acción colectiva hasta vencer. Es más, después de 2006, el sector tiene gran impacto en las decisiones políticas, sociales y económicas para el desarrollo del país.
Para el nombramiento de dirigentes se respeta la estructura democrática, la trayectoria, desde las bases, subcentrales, provinciales y departamentales.
Se basan en un estatuto orgánico, el cual debe ser respetado como si fuera la Constitución Política del Estado (CPE).
La representación nacional es elegida tomando en cuenta las naciones aymaras, quechuas y guaraníes.
Eso fue lo que sucedió en el último congreso orgánico de la CSUTCB en El Alto, donde fue elegido Lucio Quispe, representante de la nación aymara.
Luego de 20 años, un líder aymara asumió el cargo. Antes de él estuvo Felipe Quispe, ‘El Mallku’, quien falleció en 2021.
Los otros representantes elegidos son Mario Seña, de la nación quechua, y Aldo Vásquez, del Bloque Oriente.
Los nuevos ejecutivos tienen el reto de unir a los campesinos y derrocar a quienes buscan el paralelismo del sector.
Genaro Flores Santos, impulsor campesino de la lucha por la democracia
El dirigente histórico de la CSUTCB Genaro Flores.
Genaro Flores Santos nació en la comunidad de Antipampa (Collana), en el departamento de La Paz. Fue uno de los fundadores de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). El 19 de junio de 1981 cayó preso y fue baleado por paramilitares en la dictadura de Luis García Meza.
Flores fue impulsor de la Ley Agraria Fundamental, fundador de las Corporaciones Agropecuarias Campesinas (Coraca) y del Movimiento Revolucionario Túpac Katari–MRTK, con el que fue candidato presidencial en 1985.
Fue secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, cuando la dirección obrera estuvo en la clandestinidad. En junio de 1969 se posesionó como secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Trabajadores Campesinos de La Paz y añadió el nombre del líder aymara Túpac Katari a esa organización.
En agosto de 1971, cuando era dirigente campesino, fue exiliado por el entonces gobierno militar de Hugo Banzer Suárez; regresó un año después. Flores murió en 2019.
En Bolivia es reconocido como un impulsor de la lucha por la democracia directa, pluralista y liberadora, en el marco de la justicia social. Defendió la identidad nacional y la soberanía de las naciones y pueblos originarios, por la tierra y el territorio.
Felipe Quispe, el último caudillo
Felipe Quispe Huanca, ‘El Mallku’, nació en Ajllata Grande, provincia Omasuyos, La Paz, en agosto de 1942. Fue historiador, político, escritor, dirigente campesino, catedrático universitario, y por su lucha katarista indianista fue reconocido como el último caudillo aymara.
Fundó el Movimiento Indígena Túpac Katari en 1978, influenciado por las ideas de Fausto Reinaga. En 1983 fue elegido dirigente de la Federación de Campesinos de La Paz, y fundó el movimiento Ayllus Rojos, brazo político de sus bases. También dio vida, junto a otros dirigentes, al EGTK (Ejército Guerrillero Túpac Katari), que más tarde sería desmantelado y Felipe Quispe detenido y recluido, acusado de alzamiento armado.
Por su gran solvencia ideológica y su larga trayectoria, fue electo secretario sindical de la CSUTCB; el año 2000 fundó el MIP (Movimiento Indígena Pachacuti); fue diputado electo por la circunscripción 8, pero renunció.
Escribió los libros: Túpac Katari vuelve y vive carajo, El indio en escena y la obra inédita Mi captura. Felipe Quispe, como aficionado al fútbol, fundó y dirigió el equipo Pachacuti.
Fue el principal impulsor de la lucha contra el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003. En enero de 2021, ‘El Mallku’ falleció.