Tres visiones ofrecen un panorama complejo del exmandatario: desde su relación con el poder hasta aspectos de su personalidad y forma de conducirse en el ámbito privado.
Una diputada psicóloga, su exvocero presidencial y su biógrafo argentino trazan distintos perfiles del expresidente Evo Morales, con visiones que abordan tanto su comportamiento político como aspectos de su personalidad en el ámbito privado.
Las opiniones, emitidas en diferentes contextos, coinciden en destacar transformaciones en su carácter y en su manera de ejercer el poder.
De acuerdo con la diputada Fabiola Guachalla, representante de la alianza Creemos y psicóloga de profesión, el exmandatario presenta patrones de conducta que, en su criterio profesional, se asemejan a los de una persona con desórdenes de personalidad.
“Sin hacer un diagnóstico, porque yo nunca he conversado con él, lo que puedo decir es que él tiene un tipo de conducta que ha estado mostrando con características de una persona o sociópata o psicópata”, señaló Guachalla.
Añadió que Morales muestra rasgos manipuladores y tiende a victimizarse a través de redes sociales.
EXVOCERO
Desde otra perspectiva, el exvocero presidencial Álex Contreras —quien formó parte del entorno cercano de Morales en los primeros años de su gestión— aseguró que el poder lo transformó profundamente.
A su juicio, el exmandatario pasó de ser un líder indígena con posibilidades de marcar una historia distinta, a actuar con una “angurria de poder” que, según expresó, podría derivar en consecuencias impredecibles. “Lo convirtió del primer presidente indígena del continente, de un líder que podía haber escrito una historia limpia, en un personaje que ahora muestra hasta indicios de demencia, de esquizofrenia, de angurria y ambición de poder”, afirmó Contreras.
MARTÍN SIVAK
Por su parte, el periodista y escritor argentino Martín Sivak, autor de la biografía Jefazo, dedicada a Morales, ofreció una mirada más íntima y prolongada del exmandatario en su más reciente libro Vértigos de lo inesperado, en el que relata pasajes de la vida del líder cocalero durante su exilio en Argentina tras su salida del poder en 2019.
Sivak narra uno de esos días en detalle. El 4 de abril de 2020, mientras Morales cumplía la cuarentena impuesta por el Gobierno argentino por la emergencia del covid-19 en una casa de la localidad de Martínez, el periodista pasó seis horas con él.
Realizaron una entrevista grabada, compartieron ejercicios físicos —incluyendo los 2.000 abdominales que Morales realiza diariamente— jugaron al ajedrez (donde Morales ganó tres partidas seguidas) y compartieron una cena de salmón con arroz y verduras.
El libro recoge estas escenas como parte de una convivencia prolongada que el periodista mantuvo con Morales a lo largo de tres décadas, documentando episodios que revelan aspectos de su carácter.
Según Sivak, Evo Morales manifiesta una resistencia visible al paso del tiempo. Relata, por ejemplo, que el exmandatario le mostró una fotografía de 1995 asegurando que “está igual” y que “no tiene canas”.
En sus declaraciones a medios argentinos, Sivak sostiene que estas conductas reflejan un deseo persistente de mantenerse joven, al punto de evitar aceptar los cambios naturales asociados al envejecimiento.
Según el autor, este rasgo se expresa no solo en su imagen personal, sino también en su comportamiento cotidiano.
Vértigos de lo inesperado recoge estos y otros episodios como parte de un retrato personal y político que busca comprender los cambios en la figura de Evo Morales con el paso del tiempo, desde su ascenso al poder hasta su etapa posterior al exilio.
El autor también comentó que, con los años, Morales ha asumido un estilo más personalista y competitivo, reflejado en actividades cotidianas, como sus juegos de ajedrez durante la pandemia.
“Evo lleva la cuenta de todas las partidas que ganaba, y cuando le corregí un número, insistió en reducir mis victorias, tiene algo de competitivo infantil”, relata.
Esta actitud, que el escritor describe como “algo de Peter Pan”, resalta una faceta del líder que, aunque se encuentra en sus 65 años, muestra conductas que pueden parecer infantiles. Sivak, en el contexto en el que Evo Morales enfrenta graves acusaciones de trata y abuso de menores, dice que las explicaciones de Evo “no alcanzan”.
La exdirigente Angélica Ponce señaló que durante el exilio de Morales en Buenos Aires, Argentina, él recibía visitas de menores de edad que realizaban labores de asistencia y mantenían una relación cercana con el exmandatario, lo que suma a las denuncias sobre una posible relación con una menor de 15 años con la que tuvo un bebé siendo presidente.
AEP