El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, ratificó el compromiso de Bolivia en la lucha contra el narcotráfico y expresó su solidaridad con Brasil tras los hechos violentos en Rio de Janeiro.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, ratificó este jueves el firme compromiso del Estado boliviano de continuar la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, bajo una política basada en la cooperación internacional, el respeto a la vida y la defensa de los derechos humanos.
“El combate al crimen organizado es una prioridad para nuestra gestión y debe desarrollarse en estricto cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales”, afirmó Ríos a través de sus redes sociales.
El ministro subrayó que el narcotráfico y las organizaciones criminales constituyen un flagelo global que requiere respuestas coordinadas entre los Estados. “Nuestra política de lucha contra los ilícitos se enmarca en la normativa, la cooperación efectiva entre fuerzas del orden y la no estigmatización de las ciudadanas y los ciudadanos”, señaló.
Asimismo, recalcó que la seguridad ciudadana debe ser el eje central de toda acción estatal, pero advirtió que esta no puede comprometer la vida de la población civil.
“Las organizaciones criminales ponen en riesgo a la población, pero su combate no puede poner en riesgo la vida de la población”, puntualizó.
En ese contexto, Ríos expresó su solidaridad con el pueblo brasileño y con las autoridades de seguridad de Brasil, tras los trágicos hechos ocurridos el martes en Rio de Janeiro, donde un operativo policial contra la banda criminal Comando Vermelho dejó más de 120 muertos.
El ministro alertó que las amenazas comunes, como el narcotráfico o el crimen organizado, no deben ser utilizadas como pretexto para intervenciones militares en otros países.
“Enfrentar peligros comunes no puede ser utilizado para acechar naciones ni activar planes de intervención militar. La cooperación internacional es el camino responsable y respetuoso entre Estados”, sostuvo.
El operativo en las favelas de Penha y Alemão, en la zona norte de Rio, fue descrito por medios internacionales como el más violento en la historia reciente de la ciudad.
Según reportes, la intervención buscaba ejecutar 100 órdenes de arresto contra integrantes del Comando Vermelho, la organización criminal más antigua del estado. Sin embargo, los enfrentamientos generaron caos urbano, con el cierre de comercios, colapso del transporte público y una ola de temor generalizado en las calles.
AEP

