En cinco años se construyeron presas que benefician a miles de familias agricultoras.
El Ministerio de Medio Ambiente y Agua ha invertido más de Bs 929 millones, durante los últimos cinco años, en la construcción de presas en todo el territorio nacional. Esta política busca garantizar el acceso al agua, mejorar las condiciones de vida de las familias agricultoras y consolidar la soberanía alimentaria en Bolivia.
Según datos oficiales, estas obras de infraestructura hídrica no solo aseguran el abastecimiento de agua para riego y consumo humano, sino que también fortalecen las economías locales y permiten que las comunidades permanezcan en sus territorios con dignidad y productividad.
“El riego es fundamental para producir nuestros alimentos, para vivir dignamente y para quedarnos en la tierra que amamos”, destacó el ministerio en una declaración institucional. Por ello se han ejecutado obras en todos los departamentos del país, priorizando a las regiones más vulnerables.
Una de las presas destacadas es la construida en Omereque, Cochabamba, con una inversión de Bs 165,1 millones, que beneficia a 465 familias productoras, brindando agua para riego y fortaleciendo la agricultura familiar.
En Tarabuco, Chuquisaca, la inversión alcanzó los Bs 87,9 millones, con un impacto directo en 450 familias campesinas que hoy cuentan con un recurso esencial para sus cultivos y ganado. La obra fue recibida con alegría por las comunidades que ven en el agua una nueva oportunidad.
En Potosí, la presa en Ñoquejza representa una inversión de Bs 21,4 millones, beneficiando a 100 familias que antes sufrían la escasez del recurso hídrico.
En Soracachi, Oruro, se construyó otra importante obra hídrica con una inversión de Bs 22,8 millones, alcanzando a 126 familias agricultoras.
El departamento de La Paz también fue beneficiado con la presa en Pucarani, que requirió Bs 66 millones de inversión y hoy permite el acceso al agua a 1.142 familias.
AEP