El 1 de mayo de 1886 se inició una huelga de hambre de trabajadores que reclamaban un horario laboral de ocho horas, esa huelga tuvo un trágico desenlace con una explosión cuatro días más tarde en la denominada Revuelta de Haymarket, hecho que dejó 67 policías heridos, siete de los cuales fallecerían en días posteriores.
Fue esa explosión que llevó a la reacción de la Policía que persiguió a los dirigentes, disparó contra ellos y aprehendió a cinco trabajadores a los que acusó de haber sido los causantes de la muerte de los uniformados. En un juicio expedito, Georg Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies fueron condenados a la horca y marcharon hacia ella. El quinto condenado, Louis Linng, se había volado la cabeza en su celda. Así nacían los ‘mártires de Chicago’ y en homenaje a ellos se instituyó el Día del Trabajador.
“El primero de mayo es el único día verdaderamente universal de la humanidad entera, el único día donde coinciden todas las historias y todas las geografías, todas las lenguas y las religiones y las culturas del mundo; pero en los Estados Unidos el primero de mayo es un día cualquiera”, recuerda el inmortal Eduardo Galeano, y es verdad.
Pese a que las protestas nacieron en la ciudad de Chicago, en EEUU prefieren no festejar esta fecha. Paradójicamente, en Canadá y Estados Unidos el Día del Trabajador no se conmemora el 1 de mayo. Si bien ambos países fueron determinantes en el reclamo que derivó en la popular celebración. Allí tienen el Labor Day, que se celebra el primer lunes de septiembre.
En el resto del mundo se recuerda a ‘los mártires de Chicago’, los cuatro trabajadores ahorcados por pedir ocho horas de jornada laboral.
En Bolivia esa regulación llegaría 53 años más tarde. El 24 de mayo de 1939 se promulgaba la Ley General del Trabajo por el presidente Germán Busch, que reconocía las ocho horas de trabajo diurno y siete horas en trabajo nocturno. Curiosamente los trabajadores de la prensa tienen desde entonces un tratamiento diferente. “Se exceptúa de esta disposición el trabajo de las empresas periodísticas, que están sometidas a reglamentación especial”, señala una parte del artículo 46 de esta norma laboral.
Los mineros bolivianos lograron este beneficio antes de la ley. El 17 de noviembre de 1919 se reconocía ese horario para los mineros gracias a la lucha de Huanuni, luego le seguirían Uncía, Catavi y Siglo XX. Hasta ese entonces los mineros tenían 12 horas de trabajo y pocos llegaban a los 30 años de vida, pues vivían acosados por la silicosis.
Desde entonces, los trabajadores bolivianos tienen las ocho horas de trabajo diarias y dos horas para el descanso de mediodía; aunque ese horario saltó por los aires cuando llegó la pandemia del coronavirus y se creó el horario continuo y, luego, el horario escalonado. Fue un periodo muy difícil para todos los trabajadores y del cual no se recuperaron muchas industrias.
Desde 2006 el Presidente del Estado participa en todas las marchas del 1 de mayo que organiza el principal ente laboral del país, que llevó la marcha por el Día del Trabajador a otras regiones y este año, 2023, le tocó a La Paz organizar la marcha que también contará con la presencia del presidente Luis Arce, que concurrirá a marchar como docente universitario desde el Cementerio General en la zona oeste de la ciudad de La Paz.