El presidente Luis Arce cumple con su promesa de subir de 50% a 80% la distribución de gasolina y diésel en el país. El Gobierno maximiza esfuerzos para garantizar esta dotación a la población y las entidades subnacionales, para la atención de los servicios básicos y las emergencias, para el normal funcionamiento del aparato productivo pese a la asfixia económica con intereses proselitistas de la nueva y la vieja derecha en el Legislativo, que causa una iliquidez de divisas para la importación de hidrocarburos.
El miércoles, para enfrentar esta coyuntura, el mandatario anunció 10 medidas transitorias en pos de cuidar la economía y a los bolivianos, que incluyen una reducción en 50% del parque automotor del sector público, una reorganización en la provisión de combustibles y las estaciones de servicio priorizando a sectores estratégicos, el horario continuo y el teletrabajo en la jornada laboral, la habilitación de las clases virtuales, y mayor control militar en fronteras para frenar la salida de carburantes a países vecinos.
Las decisiones ya se implementan y el incremento de 50% a 80% en el abastecimiento interno es un objetivo medular que comenzó a cristalizarse con el arribo de tres buques al puerto chileno de Arica: el Feliks con 47 millones de litros de gasolina, el Pacific Moonstone con otros 30 millones y el Niblo, con 20 millones de litros de diésel. El primero descargó su entrega el fin de semana y así comenzó el despacho de los camiones cisterna que tienen como destino las plantas de almacenaje de YPFB.
Se hará lo propio en estos días con los demás barcos. En promedio, 130 cisternas por día ingresan al país, o sea 4,3 millones de litros de carburantes, y se prevé que 2.000 camiones lo hagan en el transcurso de esta semana. Con este operativo, que incluye el programa de distribución en los surtidores y con el cual se garantiza más de tres semanas de provisión de gasolina, el Gobierno ha logrado reducir las largas filas en las estaciones de servicio, lo que también repercute en la tranquilidad de la población.
Pero se requiere el respaldo del Legislativo. Queda pendiente el desbloqueo de los préstamos que son una fuente de divisas para cumplir con obligaciones del Estado como la compra de combustibles o el pago de la deuda externa. Son $us 1.667 millones que no pueden circular en la economía, incluidos $us 325 millones para ayudar a decenas de municipios y miles de familias golpeados por las lluvias, y $us 443,5 millones para hacer frente a los daños en las carreteras por esta crisis climática.
Las medidas para afrontar estos problemas de combustibles y divisas heredados de otras gestiones son transitorias, porque en 2026 se cosecharán los resultados de dos soluciones estructurales implementadas por Arce: la mayor producción —y por ende de ingresos— de gas gracias a la inversión en exploración, y la operación en conjunto de las plantas de biodiésel y de HVO, que suplirán en 75% las importaciones de diésel. Así, el Gobierno avanza sin tregua para garantizar el abastecimiento de carburantes.