El bicentenario de las Fuerzas Armadas

Así como Bolivia festeja 200 años de independencia y de libertad, las Fuerzas Armadas (FFAA) celebran hoy su bicentenario con la ratificación de su compromiso de preservar la soberanía, el mandato constitucional, la paz y la unidad nacional, además de la estabilidad de las entidades democráticas del Estado Plurinacional.

Lo hacen con el desafío de avanzar en su fortalecimiento institucional con una visión moderna para el desarrollo profesional de sus integrantes y con el servicio a la patria y el pueblo como bandera.  

Una jornada después del nacimiento de la “hija predilecta de Bolívar”, el 7 de agosto de 1825, fue el nacimiento del Ejército. Cuatro años más tarde, el mariscal Andrés de Santa Cruz instituyó el Estado Mayor General, lo que es ahora el Comando en Jefe de las FFAA. En 1841, Bolivia obtuvo una de sus mayores victorias en la Batalla de Ingavi, que selló plenamente su independencia. Y tuvo que pasar más de un siglo, hasta 1957 y 1963 para la fundación de la Fuerza Aérea y la Armada Boliviana, respectivamente.

Como indica el artículo 244 de la Constitución Política del Estado de 2009: “Las Fuerzas Armadas tienen por misión fundamental defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país”. Principios que son recogidos también en la Ley Orgánica de la institución militar, vigente desde el 30 de diciembre de 1992.

El presidente Luis Arce señaló claramente que las Fuerzas Armadas del Bicentenario tienen el desafío de un nuevo lineamiento estratégico en sus objetivos y acciones; de una visión de futuro, a corto, mediano y largo plazo; de un renovado marco normativo adecuado a la Carta Magna del Estado Plurinacional; y de la actualización de una doctrina castrense que establezca las bases lectoras del pensamiento y proceder estratégico con identidad propia, bajo los principios éticos y morales de la sociedad.

La entidad debe igualmente regir su accionar en la transparencia y la lucha contra la corrupción, en el profundo respeto a los derechos humanos, en la promoción de la equidad y la eliminación del patriarcalismo en sus filas, y en la profesionalización de su personal. Y esto también debe ir de la mano de reformas y acciones para que no se repitan episodios de crisis como los protagonizados por algunos efectivos en el quiebre de la democracia de noviembre de 2019 y el fallido golpe de Estado de junio de 2024.

Sobre todo, la senda de los militares debe apuntar a ser un ejemplo de vocación de servicio incondicional a la patria y al pueblo, protegiendo las fronteras y la seguridad de los bolivianos, e impulsando el desarrollo y el bienestar del país con la entrega de ayuda humanitaria, asistencia médica, la lucha contra el contrabando y los desastres naturales, como sucede en la actualidad. Hoy, las FFAA reafirmarán este compromiso en la gran Parada Militar de su bicentenario, al grito de “subordinación y constancia, ¡viva Bolivia!”

AEP

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