El carbonato de litio boliviano, en los ojos del mundo

Luego de la histórica puesta en marcha de la primera Planta de Carbonato de Litio boliviana, ubicada en el municipio potosino de Colcha K, al sur del salar de Uyuni, la producción de esta factoría —que en una primera instancia alcanzará un 30% de su capacidad total de 15 mil toneladas— ya ha despertado el interés de distintos países alrededor del mundo, principalmente aquellos de Asia y Europa.

Tal es el caso, que Corea del Sur se constituyó en el primer país en enviar su propuesta formal de adquisición del carbonato de litio boliviano, con una solicitud de 26 mil toneladas del producto hasta 2027. Este requerimiento se dio a menos de una semana de inaugurada la imponente planta que le demandó al Estado boliviano una inversión de Bs 766,9 millones y que hizo del salar de Uyuni la punta de lanza en cuanto a la industrialización del litio, con ambiciosas proyecciones a escala mundial.

La pronta propuesta del país asiático vislumbra un alentador panorama para la comercialización de este producto que es tan cotizado por su utilización en la fabricación de equipos tecnológicos y, principalmente, en la electromovilidad que está en constante ascenso.

Sin embargo, al margen de la propuesta de Corea del Sur, empresas de países como China, Rusia, Emiratos Árabes y Turquía también están interesadas en empezar negociaciones con Bolivia, tanto para la compra del carbonato de litio como para traer tecnología y posibilitar la implementación de nuevas plantas industriales.

Con la puesta en marcha de la Planta de Carbonato de litio, la estatal YLB proyectó, en una primera fase, la producción de hasta 4.000 toneladas de este producto, y se prevé captar ingresos por hasta Bs 300 millones en 2024.

Todo muestra que el plan de industrialización del litio va viento en popa con resultados realmente prometedores, y se proyecta como el núcleo central para impulsar el desarrollo económico del país, en el marco de la consolidación de una economía de base ancha.

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