El interés de Bolivia primero

Los intereses del país y del pueblo están por delante de los personales y electorales. El presidente Luis Arce demostró otra vez su vocación democrática y que el porvenir de los bolivianos y la unidad son su prioridad, al declinar su candidatura a la reelección pese al apoyo de más de medio centenar de proclamaciones, para salvaguardar el Estado Plurinacional, la Revolución Democrática y Cultural, el Proceso de Cambio y el Movimiento Al Socialismo (MAS), ante los aprestos de la derecha para volver al poder.

Con su decisión, dejó en claro que no pretende ser un factor de división en el bloque nacional popular que facilite el retorno de un proyecto de derecha fascistoide para desmantelar todo lo conquistado en dos décadas de gobierno del MAS; y predicó con hechos su llamado a la unidad para vencer a los políticos neoliberales de siempre en las elecciones del 17 de agosto, con un llamado a los partidos de izquierda y al pueblo organizado para una unidad en la acción, en el programa de gobierno y en el voto.

La derecha quiere retomar las riendas del país a cualquier precio, poniendo en riesgo el Estado Plurinacional en construcción desde 2009 bajo los cimientos del respeto y la igualdad entre todos los bolivianos, con la inclusión plena de lo indígena-originario-campesino para una sociedad descolonizada, libre de la discriminación y la explotación, con justicia social y redistribución justa de la riqueza, un peligro que se extiende a un Modelo Económico Social Comunitario Productivo resiliente y con buenos resultados.

Ya lo dijo Arce, los comicios definirán la pulseta entre dos visiones: la representada por el MAS para profundizar las conquistas políticas, sociales y económicas de 20 años, con un horizonte industrializador que defiende la propiedad de los bolivianos sobre los recursos naturales y apuesta por el Estado para mejorar la vida de los más pobres; y la liderada por la vieja derecha que, con cantos de sirena, quiere retomar el desempleo, las privatizaciones, el cierre de las firmas estatales y el saqueo de las riquezas del país.

La declinatoria del Presidente es consecuente con su política para generar consensos y su vocación para profundizar la democracia mediante el voto, lo que demostró con su respaldo pleno a las convocatorias del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para garantizar el desarrollo del proceso electoral, o la organización del Encuentro por la Estabilidad y la Democracia para allanar los comicios en un ambiente de paz, ante un sabotaje de la nueva y la vieja derecha que, claramente, están en contra de las próximas elecciones.

Queda que este desprendimiento sea acompañado por actores como Evo Morales, para que decline en su insistencia de ser candidato; Andrónico Rodríguez, para que encamine con madurez la cohesión del bloque nacional popular; el Legislativo, para que acabe con el boicot económico; las fuerzas populares y democráticas, para que asuman el reto de actuar en función de la unidad del pueblo y de profundizar esta revolución. O sea, la unidad es el único camino para evitar el retorno de la derecha.

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