El legado transformador de Luis Arce

En su Bicentenario, Bolivia recibe como regalo histórico más de 1.300 obras que constituyen el legado tangible del presidente Luis Arce al país.

Este extraordinario patrimonio de infraestructura y desarrollo productivo marca la gestión gubernamental de Arce y representa la materialización concreta del compromiso de "reconstruir nuestra patria" asumido el 8 de noviembre de 2020.

La entrega de más de 1.300 obras en el mes del Bicentenario no es una casualidad del calendario político, sino una demostración palpable de que es posible gobernar con visión de Estado y compromiso histórico.

Estas obras, distribuidas en los nueve departamentos del país, representan la materialización de una promesa cumplida y la consolidación de un modelo de desarrollo que privilegia la inversión pública como motor del crecimiento económico.

El proceso de industrialización impulsado durante la gestión de Arce constituye quizás el legado más estratégico para el futuro del país.

Desde la puesta en marcha del campo gasífero Churumas hasta la construcción de plantas industrializadoras de superfrutos amazónicos en Pando, pasando por el fortalecimiento del complejo siderúrgico del Mutún y la consolidación de la industria alimentaria, Bolivia ha dado pasos decisivos hacia su "segunda y definitiva independencia" económica.

La industrialización no ha sido solo un slogan político, sino una realidad concreta que se expresa en fábricas funcionando, empleos generados y productos bolivianos compitiendo en mercados internacionales.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo ha demostrado su vigencia precisamente a través de estos proyectos industriales que agregan valor a nuestras materias primas.

Las obras entregadas no son construcciones aisladas, sino componentes de un sistema integral de desarrollo. Hospitales, escuelas, carreteras, plantas de tratamiento de agua, complejos deportivos y centros productivos forman una red de infraestructura que conecta territorios, genera oportunidades y mejora la calidad de vida de millones de bolivianos.

Cada puente construido, cada hospital equipado, cada escuela inaugurada representa un eslabón en la cadena del desarrollo integral que caracteriza este periodo gubernamental. La distribución territorial de estas obras demuestra, además, un enfoque de desarrollo equilibrado que no privilegia centros urbanos sobre áreas rurales.

Como reconoció el propio presidente Arce, la gestión enfrentó "cuatro años de asedio sistemático, progresivo y permanente desde todos los frentes", incluyendo fenómenos climáticos extremos y adversidades internas que buscaron hacer naufragar al Gobierno.

En este contexto, la entrega de más de 1.300 obras adquiere una dimensión heroica, demostrando que es posible gobernar con eficacia incluso en las condiciones más adversas.

Las obras entregadas son la respuesta concreta a quienes apostaron por el fracaso gubernamental. Mientras otros se dedicaban a la confrontación estéril, el Gobierno trabajaba silenciosamente en la construcción del futuro del país.

El legado de obras refleja también la consolidación práctica del Estado Plurinacional. La inclusión de todos los departamentos, la atención a comunidades indígenas, el reconocimiento de la diversidad cultural y la implementación de proyectos que responden a necesidades específicas de cada región demuestran que el concepto de plurinacionalidad ha trascendido la dimensión constitucional para convertirse en política pública efectiva.

El proceso de industrialización impulsado trasciende la simple sustitución de importaciones para convertirse en una estrategia de inserción inteligente en mercados globales.

Las obras entregadas no son un punto de llegada, sino una plataforma para el despegue definitivo del país. La infraestructura construida, las plantas industriales en funcionamiento y el capital humano formado constituyen la base sobre la cual las próximas administraciones podrán profundizar el proceso de transformación nacional.

Arce cumplió su promesa de reconstruir la patria, y lo hizo enfrentando adversidades que hubieran paralizado a gobiernos menos comprometidos. Las obras entregadas son el testimonio permanente de que es posible gobernar con visión de Estado, eficiencia administrativa y compromiso histórico.

AEP

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