El llamado del presidente Luis Arce a la Asamblea Legislativa para que apruebe los créditos por más de $us 1.000 millones, bloqueados desde abril de 2023, pone de manifiesto la urgente necesidad de los recursos para impulsar el desarrollo económico del país.
Este bloqueo legislativo obstaculiza el progreso que Bolivia ha logrado bajo el liderazgo de Arce.
Desde que asumió el mando de la nación, el gobierno del presidente Arce ha honrado el mandato popular con el crecimiento económico y la redistribución de ingresos.
La visión de una Bolivia diversificada económicamente, con un aparato productivo fortalecido y que avanza hacia la seguridad alimentaria con soberanía, ha sido el norte que ha guiado las políticas gubernamentales.
Los resultados de este enfoque son tangibles: la economía ha retomado una senda de crecimiento, se han fortalecido los sectores productivos estratégicos y se han sentado las bases para dar un salto cualitativo hacia la industrialización.
El descubrimiento del pozo Mayaya Centro-X1 en el norte de La Paz es un ejemplo palpable de cómo esta visión está dando frutos.
Este hallazgo no solo promete transformar la matriz energética del país, sino que también augura importantes beneficios económicos para toda la nación. Es un testimonio del compromiso del Gobierno con la exploración y explotación responsable de los recursos naturales del país.
Sin embargo, el bloqueo de los créditos en la Asamblea Legislativa amenaza con frenar este impulso.
Los 11 proyectos de ley de créditos por $us 1.038.920.000 que están paralizados representan inversiones cruciales en infraestructura, resiliencia climática y desarrollo social.
La no aprobación de estos créditos no solo "estrangula la economía", como advierte el presidente Arce, sino que también priva a los bolivianos de oportunidades de mejora en su calidad de vida.
Es particularmente preocupante el caso del crédito de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), destinado a reponer los gastos de la lucha contra la pandemia de Covid-19. La aprobación de este crédito permitiría al Gobierno abordar de manera inmediata la escasez de diésel que actualmente afecta al país, demostrando cómo estas decisiones legislativas tienen impactos directos y tangibles en la vida cotidiana de los bolivianos.
La situación actual exige un llamado a la responsabilidad política. Los representantes en la Asamblea Legislativa deben colocar los intereses del país por encima de las diferencias partidistas. El desarrollo económico y social de Bolivia no puede ser rehén de conspiraciones políticas.
El Modelo Económico Social Comunitario Productivo, impulsado por el gobierno de Arce, ha demostrado su potencial para generar crecimiento con inclusión. La aprobación de estos créditos no solo inyectaría recursos necesarios a la economía, sino que también enviaría una señal clara de estabilidad y unidad a los inversores internacionales y a los socios comerciales de Bolivia.
En un contexto global marcado por la incertidumbre económica, la crisis climática y los desafíos geopolíticos, Bolivia ha mantenido estabilidad y crecimiento en la región. Pero para lograr esto, es imperativo que todos los sectores políticos trabajen juntos en beneficio del bien común.
El llamado del presidente Arce no debe caer en oídos sordos. Es hora de que la Asamblea Legislativa actúe con la urgencia que la situación demanda.
La Paz/AEP