La unidad de las fuerzas políticas de izquierda es una responsabilidad histórica ante los riesgos que se ciernen sobre las conquistas de las últimas dos décadas, para un modelo económico soberano con una redistribución equitativa de los ingresos y para un Estado Plurinacional que se construye bajo la bandera de la inclusión, el respeto y la igualdad de todos los bolivianos. La derecha pretende resucitar el funesto modelo neoliberal de entre 1985 y 2005, y la república colonial, discriminadora y racista enterrada en 2009.
Como lo hace desde el año pasado, el presidente Luis Arce persistió en este llamado a la unidad, ahora ante el avance de la derecha en las encuestas rumbo a las elecciones del 17 de agosto, en las cuales no figura ningún candidato del bloque nacional-popular con aspiraciones a vencer en primera vuelta o llegar a un balotaje. Lo hizo en una carta pública, con un título que evoca a un comunicado del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz de 1980: “Antes que sea tarde: la unidad ahora o la derrota mañana”.
La convocatoria es “a los partidos progresistas y de izquierdas tengan o no personería jurídica, a los movimientos sociales y los sindicatos, grandes y pequeños, del campo y la ciudad, y a todo el pueblo trabajador, pues para triunfar ante los enemigos de clase nos necesitamos todos y todas. Con unos habrá más afinidad táctica, con otros, mayor compatibilidad estratégica, pero sin los unos y los otros no habrá ni victoria táctica ni mucho menos perspectiva de avance estratégico”, dejó en claro el mandatario.
Está en juego la Revolución Democrática y Cultural de los últimos 20 años, con avances en la soberanía, conquistas sociales, derechos políticos y un proceso industrializador que es el norte de la emancipación económica. Mientras la derecha busca restaurar el neoliberalismo de la privatización de las empresas públicas, el achicamiento del Estado, la precarización laboral, la eliminación de bonos sociales, el endeudamiento del país con medidas de shock y la destrucción revanchista y racista del Estado Plurinacional.
Para Arce, esta unidad es posible porque los candidatos del campo nacional-popular tienen el mismo origen o raíz de militancia política: el MAS, léase Eduardo Del Castillo, Andrónico Rodríguez y/o Eva Copa; porque las últimas encuestas muestran que un alto porcentaje de los votantes no quiere apoyar a ningún partido de la derecha porque saben las consecuencias; y porque hay un llamado que hicieron estos aspirantes y sus voceros a la cohesión del progresismo y las izquierdas para frenar el retorno neoliberal.
Ahora, es momento de no pensar en los liderazgos personales y dar paso a los gestos desinteresados poniendo por delante al pueblo. Como hizo Arce en mayo, declinando a su reelección en aras de la unidad, no en torno a su persona, sin buscar protagonismo. Por ello, el Presidente planteó que si los candidatos y las bases desean un margen de autonomía para consolidar esto, será “bienvenido”, porque el objetivo es cerrar el paso a la derecha y “solo unido el pueblo vencerá”, como sucedió en estos últimos 20 años.