Tras su investidura, el presidente Rodrigo Paz ha tomado juramento a un gabinete ministerial cuyos perfiles reflejan la apuesta por la meritocracia y un trabajo sin pausa, 24 horas al día, siete días a la semana. El mensaje del mandatario a su equipo de colaboradores más cercano fue claro: “Cada día es para Bolivia”.
Este nuevo gabinete fue elegido con un criterio distinto, dejando de lado las cuotas políticas tradicionales para dar paso a la experiencia técnica, conocimiento de área y compromiso con la patria.
En su discurso de posesión, el presidente Paz afirmó: “Son hombres y mujeres con formación, conocimiento y compromiso con la patria. Pero no son sus méritos en sí, es la voluntad del pueblo que se expresa a través de la fe del Estado”. Esa declaración resume el cambio de paradigma propuesto, que se basa en el servicio público como dedicación plena, el Estado como herramienta al servicio del pueblo, y la eficiencia como camino a la transformación.
La composición del gabinete lo evidencia: ministros con perfiles técnicos, amplia experiencia en el sector público y privado, capacidad de análisis y de planificación estratégica. Se abandona así un modelo en el que las designaciones respondían mayoritariamente a lógicas partidarias o de reparto, para dar paso a una lógica de resultado.
La apuesta por la meritocracia no es un eslogan; ante un país que enfrenta retos estructurales —económicos, institucionales, sociales— es estrictamente necesaria, más aún cuando se busca una transformación profunda del Estado.
El trabajo “24/7” no es publicidad, es la exigencia de estos tiempos. Bolivia demanda un Estado activo, ágil y solvente. En este sentido, el nuevo gabinete tendrá que demostrar que la dedicación ininterrumpida no es un sacrificio vano, sino la herramienta de una gestión orientada al resultado.
“Bolivia en el mundo y el mundo en Bolivia”, “capitalismo para todos”, “acabar con el Estado tranca”, e “iniciar el proceso 50/50 con las regiones”, son los cuatro pilares de la gestión del presidente Rodrigo Paz, que a su vez marcarán la ruta de trabajo de las nuevas autoridades ministeriales designadas, pensando en el bienestar y en garantizar mejores días para los bolivianos.
Este nuevo gabinete, enmarcado en la meritocracia y la vocación de servicio 24/7, marca el punto de inflexión hacia una Bolivia más eficiente, más justa, más productiva y más confiable, porque la patria lo demanda.

