Acabó la época de incendios forestales, con resultados exitosos del plan aplicado por el Gobierno desde finales de junio. El presidente Luis Arce cumplió con su compromiso de cuidar el medioambiente, la biodiversidad, los derechos de la Madre Tierra, y la salud y la seguridad de la población. Se logró evitar lo de 2024, cuando el país afrontó una de sus peores crisis climáticas con más de 12,6 millones de hectáreas arrasadas por el fuego ocasionado por el calor y los chaqueos ilegales para ampliar la frontera agrícola.
Los logros son evidentes. Como afirmó Arce, es el año con menos hectáreas afectadas después de mucho tiempo, con casi 500.000, el 5% de las 10 millones que había en octubre de la anterior gestión. Se sofocaron aproximadamente 250 incendios forestales, mediante la movilización de más de 2.800 bomberos especializados y 179 unidades militares que ejecutaron 178 operaciones, de las cuales 101 fueron con helicópteros, desplegándose alrededor de 200 vehículos —camiones, motocicletas, carros cisterna— y aeronaves.
A estas alturas de 2024 había 428.946 focos de calor, y en lo que va de este año hay una reducción significativa, llegando a 115.465. Además se aplicó mano dura contra los autores de quemas irregulares, con 179 procesos abiertos por el Estado, de los que 152 son administrativos y 27 penales, la mayoría en el departamento de Santa Cruz. Así, la contaminación del aire se encuentra controlada, con un índice bueno en La Paz, Sucre, Trinidad y Cobija, y regular en Santa Cruz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Tarija.
Hay varios factores para estos resultados. El gran esfuerzo del Gobierno y los bomberos de las Fuerzas Armadas, la Policía, municipios, universidades y gobernaciones, así como voluntarios, entre los que figuran productores, campesinos y plataformas ambientales. También está el trabajo coordinado del nivel central con las entidades subnacionales, con sobrevuelos en las zonas afectadas dirigidos por Arce, luego de haberse identificado 84 municipios con recurrencia de incendios forestales, de los cuales 47 son de alto riesgo.
Asimismo, se fortaleció el sistema satelital de monitoreo de focos de calor y se equipó adecuadamente a los gobiernos subnacionales y bomberos, lo que permitió la reacción rápida y la reducción de los tiempos de sofocación. Sin olvidar el apoyo incondicional de la comunidad internacional tras la declaratoria de emergencia nacional que permitió un mayor despliegue de recursos, y la concientización y socialización con los sectores productivos —agroindustriales y de las comunidades— para un buen manejo del fuego.
El Gobierno no dejó abandonados a los municipios y los bolivianos golpeados no solo por los incendios, sino por todos los desastres naturales, con más de 1.689 toneladas de ayuda humanitaria que beneficiaron a más de 76.300 familias, lo que sumado a otras atenciones tuvo una inversión de Bs 133,7 millones. De esta forma, se consiguió vencer la lucha contra los incendios forestales, con la unidad como fortaleza, y se deja la vara muy alta para el próximo gobierno. Por ello se puede decir: "Misión cumplida".
 
  
 

