La obra forma parte del Programa FOCIPP y está destinada a beneficiar directamente a 1.200 familias productoras.
La construcción de la Planta Procesadora e Industrializadora de Tallarín de Maíz, en el municipio de Toco, en el Valle Alto cochabambino, ingresó a su recta final, por lo que se prevé su entrega en enero de 2026.
“La Planta Procesadora de Tallarín, el municipio de Toco está un proceso de contratación, se ha vuelto a publicar en el SICOES para que el nuevo proceso y una nueva empresa que va a concluir este proyecto”, informó el gerente departamental del Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social (FPS) en Cochabamba, Charly Mamani.
Con una inversión de Bs 10,6 millones, la iniciativa pretende diversificar la producción de alimentos a partir del maíz, apostando por un producto nutritivo, autóctono y con proyección nacional.
La obra forma parte del Programa Fondo Concursable de Inversión Pública Productiva (FOCIPP) y está destinada a beneficiar directamente a 1.200 familias productoras y más de 6.000 habitantes del municipio de Toco.
Es considerada un proyecto “ambicioso” que combina desarrollo económico, innovación alimentaria y soberanía productiva.
“El proyecto no está abandonado como insinúa algún despistado diputado evista (Héctor Arce), él miente a la población que está abandonado, que está retrasado, cuando no es así. La infraestructura ya está ejecutada y ahora falta el equipamiento, por eso se volvió a publicar la licitación a través del SICOES”, explicó.
En referencia a la anterior empresa que ejecutaba el proyecto explicó que se rescindió el contrato debido a incumplimientos en los cronogramas de trabajo.
“La nueva empresa que se adjudique la obra tendrá 180 días para concluir el complejo industrial. De acuerdo a los nuevos plazos, vale decir que son 6 meses, estaríamos entregando en enero del 2026”, afirmó.
Capacidad de procesamiento
La planta tendrá la capacidad de procesar 315 toneladas de maíz al año, transformándolas en 787.000 unidades de tallarín de 400 gramos. Además de fortalecer la economía local, el proyecto apunta a sustituir las importaciones de pastas y fideos, promoviendo el consumo de productos hechos en Bolivia con ingredientes tradicionales.
El maíz, base alimentaria de los pueblos andinos, da un salto hacia la innovación industrial con esta planta, que permitirá crear valor agregado desde el campo. La apuesta también busca incentivar nuevas cadenas productivas y abrir oportunidades para mercados especializados.
ABI