Embajada de Suecia

En Suecia abren después de más de 100 años cajas con piezas milenarias de las culturas del Chaco y la Amazonía

El proceso fue impulsado por Adriana Muñoz, curadora de las colecciones de las Américas del museo, junto con el interés del Museo Rietberg de Suiza, que prepara una gran exposición sobre la Amazonía para 2027.

Más de 200 cajas con objetos milenarios recolectados en Bolivia por el explorador sueco Erland Nordenskiöld fueron abiertas después de más de 100 años por un equipo colaborativo del Museo de las Culturas del Mundo de Gotemburgo, el Museo Rietberg de Zúrich y académicos europeos y latinoamericanos.

“Después de más de 100 años selladas en depósitos suecos, las míticas cajas de Nordenskiöld por fin se abren. Más de 10.000 piezas —desde cerámica funeraria hasta instrumentos rituales y ornamentos de culturas amazónicas— son estudiadas en Gotemburgo en un proyecto que une ciencia, memoria y justicia histórica”, refiere un reporte de prensa de la Embajada de Suecia en Bolivia.

La coordinación científica del proyecto está a cargo de la arqueóloga boliviana Carla Jaimes Betancourt, especializada en los llanos de Moxos y en la historia del trabajo de Nordenskiöld en Bolivia.

“Estas piezas son fragmentos de historias borradas. Pero están vivas, y tienen mucho que decirnos”, remarcó.

En 2024, tras un largo proceso institucional, la colección Nordenskiöld fue transferida del depósito del Museo Etnográfico en Estocolmo al Världskulturmuseet de Gotemburgo.

Esta transferencia marcó el inicio de un proyecto de colaboración interinstitucional que tiene por objetivo la reapertura, catalogación, conservación y análisis sistemático de la colección.

El proceso fue impulsado por Adriana Muñoz, curadora de las colecciones de las Américas del museo, junto con el interés del Museo Rietberg de Suiza, que prepara una gran exposición sobre la Amazonía para 2027.

Muchas de las piezas provienen de sitios ya desaparecidos por el avance agrícola o urbano, y otras pertenecen a culturas como los Ashluslay y Choroti que vivían a orillas del río Pilcomayo, y que hoy están extintas.

Para los investigadores, abrir las cajas no es solo catalogar el pasado, “es reconectar con lo que parecía perdido, resignificar desde América Latina y volver a contar la historia en clave inclusiva y colaborativa”.

La Embajada de Suecia en Bolivia siguió y apoyó este proceso.

En línea con los principios de justicia histórica y la necesidad de reconectar el patrimonio cultural con las generaciones actuales, el año pasado, con el apoyo de la legación diplomática, investigadores indígenas de los pueblos Tacana, Tsimane, Mosetén y Waiwai participaron en un proyecto liderado por la Universidad de Bonn y WCS Bolivia.

Como parte de este esfuerzo, visitaron museos en Europa para reencontrarse con objetos pertenecientes a sus culturas, fortaleciendo así el conocimiento ancestral y revitalizando las memorias comunitarias desde sus propias voces.

ABI

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