La muestra está presente y en ella estamos presentes. ¿Quiénes? Las mujeres, las que no saben rendirse. Se quiso reflejar en la totalidad, la esencia de ser mujer, no un trabajo femenino que desde la misma utilización de la palabra “femenino” ya da lugar a otras interpretaciones.
La Paz, 28 de octubre de 2023 (AEP).- La muestra Creadoras, mujeres artistas en Bolivia ya está montada y abierta al público. Es increíble que se haya superado tantas etapas, tantas batallas y tantas jornadas de trabajo para que pueda concretarse una exposición como la que hoy está presente en el Museo Nacional de Arte.
El proyecto como está narrado, confeccionado, viene de mujer; no así la idea, realizar una muestra “sobre mujeres” estuvo presente desde 2021, eso no está en discusión. La lucha fue ¿llevar adelante una expo con visión de mujer o desde la mirada masculina? ¿El resultado? Desde las mujeres, pero con el apoyo y el trabajo de los varones, es decir, todos juntos trabajamos.
Integración que fue posible no solo porque todos los integrantes del museo comprendieron la importancia. Existió también un apoyo moral y reflexivo del Consejo de Administración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, sobre todo de la consejera Susana Bejarano Auad, quien defendió la exposición Creadoras desde su concepción como propuesta, defensa a la que se sumaron los demás consejeros y el presidente Luis Oporto Ordóñez. Todos predispuestos a colaborar y a zanjar posibles barreras.
Recordar los detalles no es el propósito, se aprendió mucho en el camino y se superaron las dificultades. Por meses el equipo de montaje se encargó de fabricar las paredes drywall, los artefactos, pedestales, mezclar pintura, colocar vidrios, soportes aquí, allá, todo bajo la atenta mirada de quienes estuvimos ahí para guiar la narrativa, ese proceso es inolvidable y fue ahí, en el terreno, que se demostró el tesón que habita e integra en el personal del museo, un trabajo admirable que va más allá del horario y salario.
También por meses se trabajó con las artistas Reyna Mamani Mita, Elvira Janeth Quispe Guzmán, Carla Pamela Casa Guarabia y Lenia Ermirna Orellana Gómez, fueron las que ni bien se enteraron del proyecto lo tomaron como propio, se esmeraron, dialogaron, debatieron y jamás retrocedieron hasta concretar. A ellas se les planteó el reto de hacer una instalación que involucre traer el arte callejero al interior del museo y ellas, entre todas las narrativas posibles, eligieron el tema de la violencia económica y financiera.
Esa carga pesada que se instala en las espaldas de las mujeres y que pesa como si se cargaran piedras sin descanso, trabajar diariamente para la subsistencia y para lograr pagar las deudas es una constante en la mayoría de las mujeres que asumimos la manutención de los hijos sin el apoyo del progenitor que lamentablemente, también en la mayoría de los casos, brilla por su ausencia y su irresponsabilidad.
Convertir ese tema tan difícil y duro en una instalación artística solo fue posible a través de la mirada de las jóvenes artistas mencionadas, Reyna, Janeth, Pamela y Lenia, que además han sentido en su propia experiencia circunstancias como la descrita y han sido protagonistas de creaciones en murales, grafitis y fotos que se encuentran, sobre todo, en calles de la ciudad de El Alto. A ellas un especial reconocimiento por recordarnos que “las mujeres trabajadoras no tienen tiempo de venir a los museos porque están sobreviviendo al capitalismo”.
El trabajo curatorial implicó horas de debate, varias ideas llevadas a la práctica, implicó invitar a otra gran artista Erlini Chove Tola Medina, para que comprendiera el elemento árbol que emerge de la tierra y por el que fluye el agua, la sangre, la vida. Ese nexo conductor de la exposición fue plasmado por la artista con el apoyo de Grover Quispe, un compañero montajista del Centro de la Revolución Cultural.
Otra característica maravillosa de la presente exposición es que integró el apoyo y el cariño voluntario de los centros culturales hermanos. Desde el Centro de la Cultura Plurinacional, que se ubica en la ciudad de Santa Cruz, llegó la curadora Andrea Hinojosa para integrarse al equipo curatorial, compartir ideas, concretar alguno que otro cambio significativo, además de Quispe.
Es por eso que generan “gracia” algunas apreciaciones erróneas, cargadas de prejuicio, que si somos del gobierno, que si nos sobra la plata; lo cierto es que se optimizaron los recursos, se gestionó, tramitó, hasta se suplicó por disponer de ellos y en eso la parte administrativa del museo jugó un papel importante, su esfuerzo también fue más allá del horario habitual del laburo.
Lo sabemos, hemos heredado unos procesos burocráticos tan tediosos, capaces de desanimar al más valiente, pero apoyándonos todos se pudo conseguir lo anhelado, por eso resulta tan gracioso leer o recibir esos absurdos comentarios como si nosotros, los que trabajamos en el área cultural la tuviéramos fácil. En estos casos, sí “la ignorancia es atrevida”, qué bueno que no vivamos de ella.
La muestra está presente y en ella estamos presentes. ¿Quiénes? Las mujeres, las que no saben rendirse. La muestra se trabajó sobre cuatro ejes principales que integrados hacen una sola narración, se quiso reflejar en la totalidad la esencia de ser mujer, no un trabajo femenino que desde la misma utilización de la palabra “femenino” ya da lugar a otras interpretaciones, esas que nos agrupan en colores rosa, corazoncitos rojos y elementos relacionados con la cursilería, ojo, no se pretende denigrar esos elementos, simplemente aclarar que los mismos no definen a la mujer.
Los ejes: Madre Tierra, los derechos y el ejercicio de los mismos por parte de las mujeres, las creaciones desde el siglo XIX, y el homenaje a mujeres a las que la historia no menciona habitualmente; Adela Zamudio, Josefina Reynolds y Rosenda Caballero fueron el hilo conductor que guió la narración curatorial de la exposición.
El deseo intrínseco de que la población, que visita el MNA, conozca las obras de las artistas bolivianas, pero más allá comprenda o al menos se enteré sobre los temas que motivaron a esas artistas a crear. Por eso es que la muestra no podía ser solo un despliegue de obras, se tenía que hacer que las mismas dialogaran, se encuentren y a través de sus formas y colores relaten parte de la historia de las mujeres en el arte, o mejor, la historia de la mujer a través de las creaciones artísticas.
En la colección del museo existen también obras de artistas extranjeras, eso dio pie al equipo para gestionar posibles apoyos y fue inmensamente grato encontrar la apertura de la Embajada de Brasil, que sumó su apoyo para que también la muestra pueda incluir a las artistas brasileñas que pasaron por Bolivia y dejaron su huella, como Lygia Pimentel, más conocida como Lygia Clark, Tereza Nicolao, Agi Straus, entre otras.
Son muchas, pero no son todas. Las salas del MNA quedaron chicas y objetivamente y sobre la base del guión museológico integrado por los cuatro ejes mencionados se tuvo que seleccionar a las artistas bolivianas actuales que quisieron sumarse a la exposición. Esa elección, si se quiere, fue en concordancia con los temas, las obras que más reflejaron ese espíritu de mujer, ya sea anexada a la Madre Tierra o repudiando las imposiciones de religiones y otros poderes, fueron las que se integraron a Creadoras; es necesaria la aclaración porque desde ningún punto de vista se quiso dar a entender que unas ganaron y otras no; en esta aventura ganamos todas.
Ganamos porque por primera vez en la historia de Bolivia se realiza una muestra con obras de artistas que, en algunos casos, ya no existen y que provienen de varias décadas atrás con obras de artistas que hoy en día están activas, además con una instalación que le rinde homenaje a la mujer luchadora, y homenaje al arte callejero como una vía de expresión contestaría y rebelde.
Ganamos porque a través de la muestra las mujeres tenemos la oportunidad de recordarle a toda Bolivia y al mundo que estamos presentes, que siempre estuvimos aquí y que continuaremos creando y luchando desde donde estemos para generar los cambios que se precisen en concordancia con el espíritu de Creadoras y ganamos porque la muestra está presente y vigente por dos años.