A propósito del Día de la Niña y Niño Boliviano, celebrado ayer, un grupo de pequeños artistas demuestra que la solidaridad no tiene edad ni límites.
En la inmensidad de la carretera a Oruro, y otras similares en Bolivia, entre los baches y la espera interminable, hay ojos que suplican en silencio.
Son los de cientos de perritos abandonados que, con la mirada fija en los autos que pasan, esperan que alguna mano bondadosa les arroje un bocado de comida o un sorbo de agua. Estos animales, muchas veces invisibilizados por la rutina del viaje, han encontrado en un grupo de niños su más grande esperanza. Son Los Trovadorcitos, un colectivo infantil que no solo canta, declama y actúa, sino que también cocina con el corazón. Desde 2022, este grupo ha desarrollado una de las campañas más conmovedoras del país: llevar alimento caliente a los perros abandonados en las carreteras. Y lo hacen con una entrega ejemplar, digna de imitar. La mayor parte de la población canina a nivel
nacional, a pesar de tener dueños, pasa la mayor parte del tiempo en las calles o carreteras.
“Según la Asociación Protectora y Defensa Animal, más de 300 mil perritos son abandonados por año. Muchos de ellos lo son por la falta de responsabilidad del ser humano”, afirma Jhosney Paca, director y fundador del grupo.
“En Bolivia, lamentablemente no tenemos un censo de perros, pero se estima que por cada tres personas hay un perro, lo que significa que en Bolivia somos más de 11 millones de habitantes y, calculando de manera aproximada, habría 3,5 millones de perros. El 70 por ciento de estos animales son abandonados. Las cifras son increíbles”, agrega.
En enero de este año, por tercer año consecutivo, mientras la escasez de arroz y el alza de precios golpeaban los mercados. Los Trovadorcitos se organizaron para preparar un platillo especial con lo que tenían a mano. El plan era cocinar un delicioso arroz a la valenciana, pero a falta del grano, el resultado fue “fideos a la valenciana”. Así bautizaron al platillo réplica, al que agregaron huevo, verduras, salchicha y silpancho para asegurar que cada ingrediente fuera sabroso, seguro y nutritivo para los canes. La travesía no fue sencilla: recorrieron rutas alejadas, bajo la lluvia, y lograron alimentar a 300 perros. Lo hicieron con agua fresca y un mensaje de amor incondicional ante los peluditos que se les acercaban moviendo la colita, motivados por la alegría de saciar su hambre con rica comida, al menos por un día. Antes de salir, los niños recaudaron fondos.
Algunos juntaron sus recreos escolares, otros recibieron el apoyo de sus padres, y también contaron con la colaboración de personas de gran corazón, como la concejala paceña Roxana Pérez Del Castillo, quien les donó Bs 300. Con esa ayuda, más la logística que aportaron los abuelitos Silverio Alanoca y Facunda Mamani —que pusieron su movilidad al servicio de la causa—, Los Trovadorcitos cumplieron su meta. En marzo repitieron la hazaña, pero esta vez en la carretera que se dirige al municipio de Calacoto, por la comunidad de Comanche, ubicada en la provincia de Pacajes, en el departamento de La Paz. Esta vez cocinaron una sopa de arroz con diversas carnes, que también fue repartida entre los peludos de la carretera. Y, como siempre, lo hicieron con alegría y compromiso, acompañados por sus familias.
“Aunque se sabe que el perro es el mejor amigo del hombre, muchos de ellos son olvidados a su suerte. Tanto en las ciudades como en los campos sufren maltrato, desprecio, accidentes y muchos de ellos mueren de hambre”, señala Jhosney. Porque detrás de cada niño solidario hay adultos que siembran valores. Los padres que acompañan este proceso son piezas fundamentales. Sergio Paca e Irene Chauca, padres de Jhosney Paca, el director y fundador del grupo; Ramiro Calle, padre de Alexandra Najhavi Calle, la psicóloga y coordinadora del grupo que, aunque ya es una joven profesional, sigue apoyando como desde que era niña; Rolando Casas y Lidia Chauca, padres de Robert Casas, uno de los niños más activos; Gabriela Huanca y Rayder Ramos, padres de Octavio Ramos, otro pequeño con un enorme corazón; Hilda Charcas Magnani y José Callampa Cosme, padres de Luz Bolivia Challampa Charcas; y Wilzon Carvajal Flores y Francisca Chipana Quispe progenitores de Miley Carvajal. Todos ellos, junto a otros padres y madres comprometidos, son parte esencial de esta red de afecto y acción. “Cuando viajamos, vemos a los perritos sin comida ni agua, algunos por días o semanas. Eso nos entristece, y por eso queremos ayudarlos con un platito especial”, cuenta emocionado Jhosney Paca, de 15 años, quien fundó el grupo con tan solo nueve años.
Uno de los objetivos de Los Trovadorcitos, según cuenta el ahora adolescente Jhosney, es motivar a la población a que tome conciencia de sus actos. “Si tenemos un perro debemos esterilizarlo, protegerlo, amarlo, alimentarlo y educarlo, y nunca abandonarlo”, enfatiza. Pero alimentar perritos no es su única labor. Los Trovadorcitos también visitan asilos, organizan recitales solidarios y llevan alegría a adultos mayores abandonados. Producen cortometrajes con mensajes sobre el cuidado del medioambiente, la violencia de género y otras causas sociales. En 2021 incluso estrenaron su ópera prima: Otro día más, un filme que aborda con un enfoque inocente y profundamente realista las problemáticas de la niñez en Bolivia.
Además de cantar villancicos y declamar poesía, el grupo ha promovido valores como la solidaridad, el cuidado del planeta, la protección de los animales, el respeto a los derechos de las mujeres y la defensa de los derechos de niños y niñas. Su nombre se ha convertido en sinónimo de compromiso social desde la infancia. Lo que distingue a estos pequeños no es solo su talento, sino su conciencia. Saben que su voz puede ser herramienta de cambio, y la usan con ternura y firmeza. Sus acciones han tocado el corazón de quienes los conocen, y son un llamado a la acción para toda la sociedad. “Ver los ojitos agradecidos de los perritos es el mejor pago que podemos recibir”, concluye Jhosney, con esa convicción que no se aprende en libros, sino en la práctica del amor.
Para quienes deseen colaborar con sus campañas o sumarse a sus iniciativas, pueden contactarse al número 70566822. Los Trovadorcitos seguirán trabajando para construir, desde la infancia, una Bolivia más humana, empática y solidaria.