Los “cívicos” de Santa Cruz, después de amenazar diciendo: “Queremos que nos dejen ser y nos dejen hacer”, “el próximo 13 de noviembre… redefiniremos nuestra relación con el Estado”.
El lunes 13 de noviembre, su decisión sobre la nueva relación de Santa Cruz con el Estado boliviano, alegando que lo resuelto en sus cabildos se cumple, y diciendo: Hemos decidido que la nueva relación de Santa Cruz con el Estado boliviano tiene que cimentarse en la libertad, hay que profundizar las autonomías, recuperar la democracia, reformar la Constitución mediante referéndum, nuestra libertad no se la debemos ni a Bolívar ni Sucre, Santa Cruz ya era territorio libre en 1825 cuando proclamó su independencia el 14 de febrero de ese año, y otras decisiones antidemocráticas, implorando la unidad para lograr sus objetivos; ello hace ver que DECIDIERON DESESTABILIZAR aprovechando la situación política actual que vive nuestra Patria.
Al decir —repasando la historia— que Santa Cruz ya era territorio libre en 1825; cínica y astutamente no dicen que antes de 1825 ese territorio pertenecía al Collasuyo, es decir, a los “collas” que odian y discriminan delictivamente, y que actualmente constituyen el 85% de los habitantes de Santa Cruz; resultando así, absurdo decir: nuestra libertad no se la debemos ni a Bolívar ni a Sucre; porque al decir ello, confiesan que no se consideran bolivianos y están decididos a ser un mini Estado dentro del Estado Plurinacional de Bolivia, declarándose federal (federalismo). Solo faltó que decidieran pedirles a los curas que bendigan sus planes y le den fuerzas sobrenaturales al pelotón de desestabilizadores, para que todo salga con la precisión de un reloj, para ser impunes.
Lo decidido por el Comité Cívico Pro Santa Cruz muestra indubitablemente un plan destinado a desestabilizar al Gobierno constitucional y legítimo de Luis Arce Catacora, porque no quieren que los aymaras, quechuas, tupi guaraníes y organizaciones sociales que lo respaldan, sigan gobernando con sus senadores, diputados, ministros, viceministros y directores, oriundos del Collasuyo.
Analizando con profundidad, se puede ver que todo lo que decidieron está dirigido a su ansiada federalización —aunque astutamente no usan esa palabra—; consiguientemente, se constituyen en actos preparatorios de los delitos de “SEPARATISMO” tipificado en el Art. 129 bis del Código Penal, sancionado con privación de libertad de 30 años sin derecho a indulto, de RACISMO y DISCRIMINACIÓN tipificados en los Arts. 281 quinquies y 281 sexies del Código Penal; porque violan la UNIDAD del Estado Plurinacional dispuesta en Art. 1 de la Constitución Política del Estado; al menos no se puede decir lo contrario.
La decisión desestabilizadora de los golpistas parece obedecer al miedo que tienen a la verdad, a la justicia y a la cárcel, por los delitos que cometieron durante su paro de 36 días que causó un daño económico de aproximadamente $us 140 millones, el golpe de Estado y gobierno de facto de Jeanine Añez —que la llaman presidente sin que nadie la haya elegido—; ignorando que nunca derrotarán a los aymaras y quechuas, aunque se unan con los políticos de la derecha fascista nacional e internacional, y con todos los grupos de políticos.
Realidad que permite predecir que fracasarán nuevamente en sus planes desestabilizadores, porque ese cinismo y astucia no se lo tragarán la mayoría de las bolivianas y los bolivianos, aunque usen los medios de comunicación a su alcance para manipular, desinformar y engañarlos —ninguneando a los aymaras, quechuas, tupi guaraníes y organizaciones sociales—; ni qué decir, si el Comandante del Ejército dio todo su apoyo al presidente constitucional y legítimo Luis Arce Catacora, advirtiendo a los “antipatrias” (golpistas). Dios salve a Bolivia, porque los desestabilizadores son un peligro.