Creado en 1990 como una alternativa al PIB per cápita, el IDH busca ofrecer una visión más amplia del bienestar de las poblaciones.
La mejora en la posición de Brasil, aunque tímida, es una indicación de recuperación después de años de regresión, pero aún resalta los desafíos que persisten para superar las desigualdades internas. Brasil subió cinco posiciones en el ranking mundial del Índice de Desarrollo Humano (IDH) publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), alcanzando el 84º lugar.
El nuevo informe revela que el país alcanzó un IDH de 0,786, considerado “alto” por la ONU, superando el promedio de América Latina y el Caribe (0,783). En 2022, Brasil ocupó la posición 89 con un índice de 0,760. Los mayores avances se dieron en áreas de salud e ingresos, mientras que los indicadores educativos permanecen estancados. Pese a la mejora respecto al año anterior, Brasil todavía aparece por detrás de países latinoamericanos como Perú, México y Colombia, pero superó al menos a tres naciones de la región, además de estar por delante de países como Irán y Bosnia.
El ranking, que evalúa el bienestar de la población a través de datos sobre renta per cápita, esperanza de vida y años de escolaridad, muestra que Brasil todavía está por detrás de países como Chile (45º), Argentina (47º), Uruguay (48º), Perú (79º) y Colombia (83º). El líder del ranking es Islandia, con un IDH de 0,972, seguido de Noruega y Suiza, empatados en segundo lugar con 0,970. Pese a la mejora respecto al año anterior, Brasil todavía aparece por detrás de países latinoamericanos como Perú, México y Colombia, pero superó al menos a tres naciones de la región, además de estar por delante de países como Irán y Bosnia.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no detalló los factores específicos que llevaron a la mejora de la posición de Brasil, pero el avance representa una recuperación tras la caída registrada entre 2020 y 2022, período marcado por los impactos de la pandemia de Covid-19. Aunque el IDH de Brasil está clasificado como “alto”, el promedio cae a 0,594 cuando se ajusta por las desigualdades internas. El crecimiento bajo el gobierno de Lula se debe especialmente al trabajo en salud y en el crecimiento del ingreso con políticas inclusivas.
El Índice de Desarrollo Humano Ajustado por la Desigualdad revela que todavía existen disparidades significativas en la distribución del ingreso, el acceso a la salud y la educación entre la población brasileña. El Índice de Desigualdad de Género fue de 0,390 en 2023, colocando a Brasil en la 96ª posición entre los países evaluados. Los datos consideran aspectos como la salud reproductiva, la autonomía y la inclusión económica de mujeres y hombres. El Índice de Pobreza Multidimensional, que identifica privaciones simultáneas en áreas como salud, educación e ingresos, fue de 0,016, lo que indica una incidencia relativamente baja de pobreza extrema en el país.
Según Pedro Conceição, director del PNUD, el indicador no retomó la trayectoria de crecimiento observada antes de 2020, como se esperaba. Esta desaceleración se observa en todas las regiones del mundo y se espera que retrase décadas la llegada de un nivel de IDH global muy alto, previamente previsto para 2030. El estudio también revela que, aunque el IDH global continúa clasificándose como “alto”, el promedio cae a 0,590 cuando se ajusta por las desigualdades entre poblaciones. Además, la brecha entre los países más desarrollados y los menos desarrollados ha crecido por cuarto año consecutivo, revirtiendo una tendencia a largo plazo de reducción de las desigualdades. El informe de la ONU destaca que Islandia, Suiza y Noruega siguen encabezando la lista, mientras que Sudán del Sur y Somalia tienen las peores tasas.
Por: Tulio Ribeiro/