Ante la proximidad de la segunda vuelta de las elecciones generales a realizarse el 19 de octubre, entre los candidatos de la derecha fascista Rodrigo Paz Pereyra con el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Jorge Tuto Quiroga con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), la “clase política” y varios politólogos califican a ese acto democrático como “elecciones importantes”, al parecer porque será la primera vez que en Bolivia se realice una segunda vuelta electoral. Pero, el análisis objetivo, imparcial y real demuestra que tales elecciones no son importantes.
Al finalizar el día de las elecciones referidas, el ganador será uno de los dos candidatos de la derecha fascista; en consecuencia, podrán cumplir sus amenazas de privatizar todas las empresas e industrias bolivianas para que se beneficien empresas y capitales extranjeros, de prestarse 12.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo para hipotecar a Bolivia y devaluar la moneda nacional frente al dólar —y otras amenazas—, conforme siguen amenazando ambos candidatos. Realmente, no es importante privatizar todas las empresas e industrias bolivianas para que se beneficien empresarios y capitales extranjeros, porque dichas empresas e industrias son los pilares de la economía nacional, además garantizan la seguridad alimentaria y el vivir bien del pueblo boliviano; no es importante prestarse 12.000 millones de dólares del FMI, del BM ni del BID para que Bolivia sea hipotecada perdiendo su soberanía y se convierta en colonia. Solo se necesita aprobar los créditos bloqueados desde 2023 en la Asamblea Legislativa —para derrotar al gobierno actual— y se solucionarían todas las crisis creadas por la derecha fascista por intereses políticos.
Tampoco es importante ejecutar el racismo y la discriminación practicados por la derecha fascista desde el anterior siglo, corroborado por las publicaciones de Juan Pablo Velasco (candidato a la vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia) mediante su cuenta oficial en X (Twitter) registrada legalmente en el Tribunal Supremo Electoral, donde publica los tuits: “a los collas hay que matarlos a todosss” y “que lindo es ver golpear a collas de Bolivia… una pasión más alla de la razón…”, cometiendo así los delitos de RACISMO, DISCRIMINACIÓN, DIFUSIÓN E INCITACIÓN AL RACISMO O A LA DISCRIMINACIÓN y GENOCIDIO tipificados en los Arts. 281 quinquies, 281 sexies, 281 septies y 138 del Código Penal, considerando que los “collas” no somos humanos; esos tuits hacen saltar las preguntas ¿por qué nos quieren matar?, ¿porque somos los dueños del Collasuyo y por ende del territorio de Santa Cruz de la Sierra, donde viven los racistas y discriminadores? y ¿nos van a matar con el nuevo gobierno? Si así fuera, equivaldría a condenar al 90% del pueblo boliviano a olvidarse de sus derechos y del futuro de sus hijos. El odio, la ignorancia y la estupidez que están latentes en el corazón y la mente de dichos políticos laten también en esas publicaciones difundidas a nivel nacional e internacional, por no haber leído siquiera la Dramática insurgencia de Bolivia, de Charles Arnade, por supina ignorancia. Elegir a racistas y discriminadores en dichas elecciones sería estar de acuerdo que en el nuevo gobierno maten a todos los collas hasta exterminarlos, para que los curas digan “es la voluntad de Dios —como en la inquisición—. Por ello no son nada importantes dichas elecciones, sino lamentables; porque la política sigue evolucionando negativamente, como refiere Carlos Lotus Becker en su libro La democracia moderna, por eso vemos en la actualidad que las elecciones generales entre candidatos de la misma derecha fascista no son importantes porque no benefician al pueblo, pese a que la Ciencia Política y el Derecho Político enseñan a servir al pueblo, pero lamentablemente no se practica. Importante es algo valioso, conveniente o interesante para el pueblo; lo contrario no es importante, es ser vendepatria, traidor y miserable.
Añadiendo la impunidad de los graves delitos cometidos en Sacaba y Senkata, y el incumplimiento de las 36 recomendaciones del GIEI-BOLIVIA de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la ONU, hechas al respecto, como consecuencia del Instructivo N° 18/2025 de 22/VIII/2025 y el Instructivo N° 19/VIII/2025 de 25/VIII/2025, firmados por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, se ve que dichas elecciones no son importantes para el pueblo boliviano.
En consecuencia, cualesquiera que gane en las elecciones referidas por el voto manipulado de los electores no constituirá nada importante, significará una desgracia para el pueblo boliviano, porque se avecinan tiempos difíciles de predecir, que no pueden considerarse importantes desde ningún punto de vista, peor si por gobernabilidad y gobernanza se unen, porque se constituiría una dictadura fascista. Algo cuadra mal en la frase “elección importante”, porque está fuera de la realidad política y social del Estado Plurinacional de Bolivia, que quizás podría solucionarse con un “pacto social por el bicentenario” buscando la unidad del pueblo boliviano sin racistas ni discriminadores.
Por: Armando Aquino Huerta/