Sdenka Saavedra Alfaro

Gaza: donde el derecho a informar se paga con la vida

Prohibir a los periodistas extranjeros el acceso a Gaza, o a cualquier lugar de Palestina, por parte del régimen israelí, no sólo viola la libertad de prensa; sino es un crimen de guerra que infringe todos los estatutos del derecho universal a la información independiente, mostrando una política de amordazamiento, de censura y de encubrimiento a la verdad.

Un patrón que busca por sobre todo impedir la documentación del genocidio, la limpieza étnica, la hambruna impuesta, la aniquilación del pueblo palestino, que ha cobrado la vida de al menos 63.750 palestinos, principalmente niños y mujeres, por Tel Aviv asesinando a periodistas locales y ahora también a extranjeros atacándolos, arrestándolos y acusándolos públicamente de pertenecer al Movimiento de Resistencia Palestina HAMAS.

El régimen israelí ha ocasionado la muerte de al menos 270 periodistas y trabajadores de medios de comunicación en casi dos años de genocidio contra la Franja de Gaza, según el Comité para la Protección de Periodistas, más que todos los periodistas muertos en las dos guerras mundiales, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, las guerras en la antigua Yugoslavia y la guerra de Afganistán juntas.

El 2 de septiembre de esta gestión, Rasmi Yihad Salem, empleado de la empresa Manara Media Company y camarógrafo de la cadena iraní en árabe Al-Alam, ha perdido la vida en un ataque aéreo israelí contra su vehículo cerca de la plaza Al-Jalaa, en la ciudad de Gaza, horas antes, la periodista Eman Al-Zamli fue asesinada por disparos de un dron israelí mientras recogía agua potable al norte de Jan Yunis (sur de la Franja de Gaza).

Muertes que fueron condenadas por el Servicio Exterior de la Radio y Televisión de Irán (IRIB), mostrándonos el verdadero rostro de Israel, que no solo teme asesinar a niños y mujeres; sino que también silencia con balas la voz de la verdad y la documentación de sus crímenes.

El 25 de agosto de esta gestión, cinco periodistas fueron asesinados en un ataque israelí contra el Complejo Médico Nasser en el sur de Gaza, el fotógrafo de Al Jazeera Mohammad Salama, el fotoperiodista de Reuters Hussam al-Masri, Mariam Abu Daqqa, que informaba para varios medios, incluidos The Independent Arabic y Associated Press, y el periodista Moaz Abu Taha y, recientemente, el 31 de agosto la corresponsal del canal Al-Quds Today, Islam Abed murió en un ataque israelí en Gaza, convirtiendo a Palestina, en el lugar más mortífero para los periodistas de la historia reciente.

El 11 de agosto, el periodista de Al Jazeera Anas al-Sharif, de 28 años, fue asesinado junto con tres de sus colegas en un ataque deliberado israelí contra una carpa de prensa que albergaba a periodistas fuera de la puerta principal del Hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza.

Según los Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales, además del Estatuto de Roma y la Resolución 2222 del Consejo de Seguridad, los periodistas gozan de protección internacional en tiempos de guerra, y su asesinato se considera un crimen de guerra sancionable por la ley; sin embargo, el Gobierno israelí pretende crear un vacío informativo que provocará que sus crímenes de guerra queden sin documentar, una estrategia más del “lobby sionista” para la eliminación del pueblo palestino.

Más de 250 medios de comunicación internacionales, así como más de 200 periodistas destacados, Reporteros Sin Fronteras (RSF), medios y organizaciones de todo el mundo exigen el fin de la impunidad de los crímenes israelíes contra los periodistas en Gaza, la evacuación de emergencia de los periodistas que intentan abandonar la Franja y que se permita el acceso inmediato y sin restricciones de la prensa extranjera.

En ese entendido, informar desde la asediada Franja de Gaza se ha convertido en un riesgo mortal para los periodistas locales palestinos, quienes tienen que velar por su supervivencia para llevar adelante el derecho de transmitir la información desde el lugar de los hechos, “sobrevivir e informar”.

Israel es considerado el mayor asesino de periodistas del mundo, y a la vez impide el paso a la prensa internacional a un territorio que no es suyo; pues no quiere testigos que informen sus futuros crímenes de guerra, ante la inacción de los organismos internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y otros que no hacen nada para cesar su impunidad; ya que esto es una amenaza sin precedentes para la paz mundial, pues ¿Quién informará la verdad de los hechos?

Gaza refleja el patrón más grave del silenciamiento de periodistas y restricciones a la prensa, las que privan al mundo de una versión imparcial, obstruyendo el camino hacia la rendición de cuentas del régimen israelí.

Se necesita con urgencia el acceso libre a los periodistas extranjeros, no sólo para documentar las atrocidades que Israel está cometiendo en Palestina; sino también para garantizar la verdad de esta limpieza étnica, y no la que la están dictando los medios hegemónicos occidentales.

Por: Sdenka Saavedra Alfaro/

Escritora, corresponsal internacional de HispanTV

Tribuna
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