Iván Bellot

La segunda independencia de Bolivia

El presidente Luis Arce en su mensaje por los 198 años del nacimiento de Bolivia a la vida independiente perfiló el camino hacia lo que denominó la “segunda independencia”, un proceso que busca consolidar la unidad y el desarrollo sostenible del Estado Plurinacional.

“La dignidad y la soberanía, conquistadas colectivamente por nuestro Estado Plurinacional, frente a la vorágine imperialista, se erigen como preciados tesoros que no estamos ni estaremos dispuestos a negociar”, expresó.

El Primer Mandatario en su discurso contextualizó la situación de Bolivia en el siglo XIX y XX, destacando cómo la independencia formal, conseguida en 1825, se vio comprometida por la traición de grupos oligárquicos. A medida que la sociedad se convirtió en terreno de explotación clasista y neocolonización de las comunidades indígenas, la nación quedó subordinada a los mandatos de Estados Unidos. Gobiernos militares y civiles, alejados de los ideales libertarios de la independencia, sometieron a las mayorías indígenas a nuevas formas de explotación y permitieron el saqueo de los recursos naturales para beneficio propio y de las transnacionales.

La primera autoridad del país sostuvo en su mensaje que después de 181 años, Bolivia se adentró en un Proceso de Cambio que abrió las puertas a la transformación. Este proceso, cuya paternidad recae en aquellos que lucharon contra el imperialismo y el capitalismo, es nuestra Revolución Democrática y Cultural que ha dignificado al pueblo boliviano y ha asegurado la soberanía sobre los recursos naturales. “Esta Revolución se traduce en la hora presente en la existencia de nuestro Estado Plurinacional”, puntualizó.

Las elecciones de 2020 marcaron un hito significativo en la lucha del pueblo boliviano por recuperar su democracia y dejar atrás la incertidumbre provocada por el gobierno de facto. “La lucha de las hermanas y hermanos bolivianos no solo nos ha permitido recuperar la senda de la estabilidad, sino también la esperanza”, señaló Arce.

Sin embargo, el Jefe de Estado enfatizó que a pesar de estas victorias, Bolivia aún enfrenta la amenaza de la ambición extranjera sobre nuestras riquezas naturales. Arce indicó que la fragmentación interna podría abrir la puerta a intereses que no se alinean con los de la Patria.

Poseer las reservas probadas más grandes a nivel planetario de litio, un mineral clave para la transformación energética global, así como minerales estratégicos y tierras raras, otorga a Bolivia un papel de gran importancia en la economía global. Es por esta razón que existe el riesgo de que, como en el pasado, estas riquezas sean explotadas por potencias extranjeras en detrimento del desarrollo nacional.

“Ser conscientes de esta posibilidad nos debe llevar a sumar esfuerzos para enfrentar futuras contingencias con un sentido de Patria, con priorizar el bien común y no intereses personales”, subrayó.

En el horizonte del Bicentenario de Bolivia, el país se esfuerza por lograr un salto cualitativo, pasando de ser un país consumidor e importador a convertirse en un país productor e industrializado. “Bolivia avanza a paso firme hacia la industrialización con sustitución de importaciones”, proclamó el Presidente.

Para lograr este objetivo, el Gobierno nacional ha implementado una serie de medidas concretas. Arce enumeró algunos de los logros y avances en este sentido, como la mejora en las exportaciones de productos agroindustriales, gas natural, zinc, estaño, oro, plata y urea. Además, resaltó los acuerdos con Rusia y China para la extracción y comercialización del litio, así como la incursión en la industria química básica y la consolidación de la siderurgia del Mutún.

El Primer Mandatario también destacó la construcción de plantas de biodiésel en Santa Cruz y El Alto, así como la producción de urea, que contribuirán a reemplazar una gran parte del consumo nacional de diésel y gasolina. Estos esfuerzos se suman a la política de sustitución de importaciones, que se espera ahorre cerca de 3.000 millones de dólares al año en importaciones para Bolivia hacia 2025.

En su llamado a la unidad, el Presidente subrayó la importancia de mantener la dignidad y la soberanía como pilares fundamentales de la nación. La búsqueda de la “segunda independencia” se convierte en un compromiso colectivo para salvaguardar el futuro de todos los bolivianos y bolivianas mientras nuestro país avanza hacia la transformación y el desarrollo.

Tribuna
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