Mahmoud Elalwani

La victoria sobre el nazismo en Europa y el ascenso del fascismo en Israel

El 9 de mayo de 2025, la humanidad conmemora el 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo; se recuerda la derrota del fascismo nazi que representaba una amenaza para toda la humanidad.

La comunidad internacional no ha tomado suficientes medidas para perseguir la existencia del nazismo y sus acciones, emergiendo éste bajo el nombre del nuevo fascismo, y algunos partidos políticos han comenzado a asumir parte de su ideología.

Los valores que se suponía eran la base moral y política del orden mundial contemporáneo están siendo violados por aquellos que se supone deberían protegerlos. En lugar de rechazar las ideologías del nazismo, el fascismo y todas las teorías anti humanistas, estamos asistiendo al ascenso del pensamiento neoliberal y su alianza con el movimiento sionista.

Israel está siendo testigo del nuevo crecimiento del fascismo contemporáneo a manos de un gobierno liderado por Netanyahu, que ha cometido todo tipo de tropelías: genocidio, crímenes de guerra, desplazamientos de población, el establecimiento de un régimen de apartheid racista, operaciones de limpieza étnica, la negación de un pueblo entero y el esfuerzo por asimilarlo y expulsarlo colectiva e individualmente. Estos hechos y las cifras que los acompañan le ponen a la cabeza frente a cualquier otro estado desde el fin del viejo nazismo en 1945. En 580 días, Israel mató, en tiempo y espacio geográfico, a muchas más personas que el nazismo en la segunda guerra mundial.

La comunidad internacional está empezando a tomar conciencia de la amenaza que supone el fascismo israelí contemporáneo frente al orden global, no sólo en Palestina, sino también en la paz mundial. El primer ministro Netanyahu, en imitación del antiguo líder nazi (Hitler), declaró, y lo repite constantemente, que va a cambiar el Medio Oriente según sus intereses. La cuestión que no debe pasarse por alto es que, a pesar de que el porcentaje de judíos en el mundo es pequeño y pese a su falta de influencia en el momento actual, muchos judíos han comenzado a darse cuenta del peligro que supone el creciente fascismo para su entidad y su futuro, y advierten que el gobierno de Netanyahu supone un peligro para los judíos además de ser un peligro para los demás.

Los aliados de Israel se muestran tibios o en silencio con respecto a los mencionados crímenes, con discursos sobre “soluciones humanitarias” para la Gaza de la posguerra que ignoran por completo los derechos políticos y nacionales palestinos, en un contexto de política errática y engañosa basada en el apoyo incondicional al Estado ocupante, no sólo bajo el pretexto de la “seguridad de Israel”, sino también para asegurar su papel funcional como fuerza de vanguardia para los intereses de sus aliados en la región. Estas fuerzas se basan en fundamentos intelectuales que expresan un nuevo espíritu nazi y fascista, basado en los asentamientos, el racismo, la supremacía y el extremismo nacionalista religioso y contribuyen al fortalecimiento de Israel como un régimen delincuente por encima del derecho internacional y confirma los dobles estándares con los que se juzgan los casos ante la comunidad internacional.

Todos los pueblos tienen la responsabilidad histórica hacia las generaciones futuras de preservar un orden internacional equilibrado basado en los principios y valores consagrados tras la segunda guerra mundial: la libertad, la democracia, la justicia, el derecho de los pueblos a la libre determinación y el camino independiente de su desarrollo. Estos valores exigen fortalecer la confianza mutua, la solidaridad y la igualdad entre los pueblos y buscar un futuro común para la humanidad basado en la oposición al colonialismo, al racismo y a la supremacía racial o religiosa, el deber de esforzarse por promover la seguridad y la paz internacionales, así como el progreso social y económico compartido. Sin embargo, a pesar de sus raíces históricas, estos valores han sido distorsionados y socavados por las grandes potencias, que han confiscado su contenido y reproducido guerras de diversas formas en diversas regiones del mundo, siendo especialmente graves los ataques sistemáticos contra el pueblo palestino y contra su proyecto nacional de liberación e independencia.

La humanidad está obligada a oponerse al poder brutal del nuevo fascismo para eliminar los focos de tensión, se deben fortalecer las fuerzas de la paz y del progreso, las organizaciones de justicia y los principios de igualdad, libertad y dignidad humana en lugar de perseguir a los pueblos y practicar la opresión, la ocupación y el racismo. La historia no conoce estancamiento, y los pueblos de la Tierra están llamados hoy más que nunca a luchar por el triunfo de los valores humanos y a construir un mundo nuevo mejor, bajo un sistema del multilateralismo.

Por: Mahmoud Elalwani/

Tribuna
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