Una vez más los medios tradicionales y las redes sociales de la derecha y ultraderecha latinoamericana salen con las tablas en la cabeza después de conocerse los resultados del domingo 2 de junio de las elecciones en México. El pueblo mexicano, con su voto, ratificó la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), elegido en 2018, para el sexenio que concluye en septiembre de este año.
La controversia comunicacional contra López Obrador enclavó su estrategia durante el gobierno de Felipe Calderón, quien lograba controlar el Instituto Nacional Electoral, a través de su partido Acción Nacional, una terrible campaña, donde presentaba a AMLO como “un peligro para México”. Con propaganda en prensa, radio y televisión, comparándolo con el presidente Hugo Chávez, estos elementos permitieron al Consejo Empresarial de la República Mexicana participar directamente en la descalificación de López Obrador para evitar su triunfo en 2006.
El actual mandatario nacional, desde su triunfo en 2018, tuvo que enfrentar muchas dificultades, entre ellas diferentes marchas convocadas por opositores de los partidos del PAN, PRI y PRD. Denominadas como “marchas rosa”. Allí, se dieron cita los expresidentes Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, entre otros, quienes no aceptan el desplazamiento de los partidos de la derecha como los únicos que deben ocupar el Palacio Nacional de Gobierno.
Aun cuando, existe injerencia externa, como en el caso del escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien como peregrino de la derecha transmundial ha dicho que “López Obrador representa una democracia populista y demagógica, con recetas que están absolutamente fracasadas en el mundo entero que empujarían a México a un desastre parecido a una catástrofe como en Venezuela”. Sin embargo, pareciera que no tiene eco en el resto de América Latina.
El proceso comicial que se realizó este domingo 2 de junio, en los conteos rápidos de la Presidencia de la República de México, elaborados por el INE, le dan la ventaja a la candidata de Morena, PT y Partido Verde, Claudia Sheinbaum, con una preferencia del 60,7%. Mientras que, en un lejano segundo lugar, la candidata del PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez, habría obtenido el 26,6% de los votos. Este resultado tiene irritada a la clase política oligárquica, conformada por grupos empresariales beneficiados por privatizaciones otorgadas por los presidentes que siempre ocuparon el palacio de Montezuma.
El pueblo mexicano le dijo a esa clase política que “no volverán”, especialmente a Xóchitl Gálvez, la candidata del PAN, PRI y PRD, quien se autoproclamó presidenta. Ella trató de utilizar como argumento que en estas elecciones, a pesar de todas las trampas, las mentiras, el abuso de poder y sus millones de pesos desviados para ayudar a su candidata, “triunfamos”. El ser humano tiene su momento de ridiculez y ya Gálvez lo tuvo este 2 de junio.