Karen Cecilia Solar Soliz

Sobre la “renuncia al MAS” de los evistas

La renuncia de los llamados “evistas” al MAS no es más que la confirmación de lo que muchos verdaderos militantes del Proceso de Cambio veníamos denunciando: para ellos, el MAS nunca fue un instrumento del pueblo, sino un simple vehículo para satisfacer el ego y las ambiciones de una sola persona. Su salida no es una pérdida para el Proceso de Cambio, sino una depuración necesaria de aquellos que jamás tuvieron un verdadero compromiso con las bases y con el pueblo.

Lo que hoy vemos es la clara demostración de que el evismo no era más que un culto a la personalidad, quienes ahora abandonan el MAS lo hacen porque no conciben un Proceso de Cambio sin Evo Morales, dejando en evidencia que nunca les importó el pueblo, la revolución democrática ni la construcción de un país más justo. Para ellos, la lucha no era por la industrialización, por la soberanía económica ni por los derechos del pueblo boliviano, sino únicamente por preservar el poder de un caudillo.

Cuando Evo Morales gobernó, nadie intentó dividir las bases sociales. Se le permitió dirigir el país sin interferencias, incluso cuando no aceptaba críticas ni sugerencias, lo que lamentablemente debilitó el proceso y nos llevó al golpe de estado del 2019. A pesar de esto, en aquel entonces, las organizaciones sociales mantuvieron la unidad y respaldaron su liderazgo por el bien del país.

Hoy, en contraste, el presidente Luis Arce no sólo enfrenta los ataques de la oposición, sino también el sabotaje de los propios evistas, que han convertido a la Asamblea Legislativa en un obstáculo para la gestión del gobierno. Sin embargo, pese a estos bloqueos, el presidente sigue luchando cada día por mejorar Bolivia. Su trabajo es incansable, continúa entregando obras, fortaleciendo la economía y avanzando en la industrialización del país. Arce demuestra que el verdadero compromiso con el pueblo se mide en hechos, no en discursos vacíos ni en ambiciones personales.

Nosotros, los verdaderos militantes del Proceso de Cambio, entendemos que este no pertenece a una sola persona. El Proceso de Cambio es del pueblo, de las bases, de quienes luchamos día a día por la transformación de Bolivia. Por eso, la renovación no solo es necesaria, sino fundamental. Ningún proceso revolucionario puede estancarse en el pasado ni subordinarse a la voluntad de un solo individuo. Quienes realmente creemos en el Proceso de Cambio sabemos que este no se trata de Evo Morales, sino de la construcción colectiva de un país mejor.

Es una lástima que por la ambición desmedida de un solo hombre se haya fracturado el instrumento político más grande de nuestra historia. Morales no está pensando en el pueblo, en la estabilidad del país ni en el futuro del Proceso de Cambio; solo está obsesionado con volver al poder, sin importar a quién tenga que traicionar o destruir en el camino. Su sed de poder solo perjudica el proyecto histórico del pueblo boliviano.

El Proceso de Cambio no es una persona, es una meta, una construcción, un compromiso con Bolivia. Y quienes creemos en él, seguiremos avanzando, con renovación y sin ataduras a los mesianismos del pasado.

Por: Karen Cecilia Solar Soliz

Tribuna
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