Wang Liang

Vivir la memoria de guerra y abrir el futuro de paz

Este año marca el 80º aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial. El 3 de septiembre, China celebrará un solemne acto conmemorativo junto a los países y pueblos amantes de la paz para recordar la historia, honrar a los mártires, valorar la paz y crear el futuro.

Mientras las miradas de todo el mundo se enfocan en el desembarco en Normandía y la batalla del Pacífico, es importante destacar un hecho omitido frecuentemente por la historiografía occidental: a lo largo de los 10 años previos al estallido de la Guerra del Pacífico, en el principal campo de batalla oriental, China prácticamente fue el único objeto beligerante de Japón soportando toda la presión y resistiendo al fascismo japonés. De 1931 a 1945, el pueblo chino experimentó 14 años de lucha sangrienta, en los que, con un tremendo sacrificio de más de 35 millones vidas compatriotas, atrapó y eliminó gran cantidad de fuerzas del militarismo japonés y contuvo la expansión de las potencias del Eje. China no solo materializó la independencia y la liberación nacionales sino también contribuyó considerablemente a la victoria de la guerra mundial contra el fascismo.

Hace 80 años, siendo la decisión más importante hecha por la comunidad internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, se fundó las Naciones Unidas (ONU) y, como país triunfante, China estuvo entre los primeros signatarios de la Carta de la ONU. La restitución de Taiwán a China es justamente un fruto ganador de la Segunda Guerra Mundial y forma parte trascendental del orden internacional de la posguerra. La Declaración de El Cairo y la Proclamación de Potsdam, entre una serie de documentos efectivos del derecho internacional, confirman la soberanía de China sobre Taiwán. No importa cómo varíe la situación interna en la isla de Taiwán, ni cómo las fuerzas externas armen camorras, la debida reunificación de China ya forma una tendencia histórica imparable.

A lo largo de los 80 años transcurridos, el sistema internacional centrado en la ONU ha brindado importantes salvaguardias a la causa del progreso humano, y el concepto del multilateralismo basado en la coordinación y la cooperación se han arraigado profundamente en el corazón de las personas. Como Estado fundador de la ONU y miembro permanente del Consejo de Seguridad, China viene salvaguardando firmemente el sistema internacional cuyo núcleo es la ONU, así como el orden internacional cuya base es el derecho internacional, ha planteado la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global, está impulsando la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad, y siempre ha sido practicante de la cooperación amistosa, promotor del aprendizaje recíproco entre las civilizaciones y constructor de un mundo multipolar igualitario y ordenado y de una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva.

En este mundo cambiante y turbulento, las prácticas hegemónicas y prepotencia, manifestadas en la coerción arancelaria, ocasionan serios perjuicios. Al mismo tiempo, los conflictos geopolíticos y problemas candentes regionales se entrelazan, agravando los déficits de gobernanza, confianza, desarrollo y paz que enfrenta la humanidad. Hoy más que nunca los países del mundo necesitamos la unidad y la cooperación, superando distanciamiento y conflicto con más tolerancia, y cuidando el destino de la humanidad con mayor bondad. Tanto China como Bolivia somos miembros del Sur Global, y sabemos muy bien el valor de la paz y la independencia y el costo para conseguirlos. En este año conmemoramos tanto el 40º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Bolivia así como el Bicentenario de Independencia de Bolivia. Situada en este nuevo punto de partida histórico, China está dispuesta a trabajar junto con Bolivia para llevar adelante la tradición de unidad y autosuperación, encaminarse hacia la revitalización, salvaguardar la equidad y la justicia, hacerse pionero en la construcción de la comunidad de futuro compartido de la humanidad, inyectando energía positiva a la paz y al desarrollo del mundo.

Por: Wang Liang/

Tribuna
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