El evento congregó a más de 4 mil participantes de agrupaciones originarias de todo el país y reafirmó la fuerza ancestral de la tarka como símbolo de identidad.
Bolivia celebró ayer la tarqueada más grande del mundo en la ciudad de La Paz, en el marco del Plan del Bicentenario. Miles de intérpretes del ancestral instrumento recorrieron las calles desde la avenida Busch hasta la plaza Villarroel, en una jornada multitudinaria que desafió incluso a la lluvia para reafirmar la identidad y el orgullo cultural del pueblo boliviano.
“Con éxito vivimos la Tarqueada más grande del mundo. Más de 4.000 músicos participaron en este gran evento cultural, organizado como parte de las celebraciones del Bicentenario. Fue una jornada para celebrar, promover y fortalecer las expresiones culturales vivas de Bolivia. Mostramos al mundo la riqueza de nuestra diversidad, nuestra cultura y nuestra identidad”, publicó el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despa- triarcalización al cierre de la actividad.
La jornada comenzó con una ofrenda a la Pachamama, encabezada por la ministra Esperanza Guevara, junto a los viceministros de su cartera y autoridades invitadas. Participa- ron más de 40 agrupaciones, incluidos los 10 ayllus de Cu- rahuara de Carangas, provenientes del departamento de Oruro.
“Hoy es una jornada histórica, porque Bolivia está realizando la tarqueada más grande del mundo; un encuentro que reafirma nuestra cultura. La tarqueada va más allá de una melodía, es un lenguaje ancestral que refleja nuestras tradiciones, usos, costumbres e identidad como Estado Plurinacional”, declaró Guevara.
La ministra también destacó el carácter estratégico del evento como acción cultural descolonizadora y despatriarcalizadora. “Reunimos a la ma- yor cantidad posible de intérpretes de la tarka para una demostración multitudinaria que celebra, difunde y fortalece las expresiones culturales de Bolivia”, afirmó.
A lo largo del recorrido, miles de músicos conformaron una imponente columna que avanzó al ritmo dulce y potente de las tarkas. Las melodías fueron acompañadas por mujeres danzantes con polleras multicolores y hombres ataviados con ponchos tradicionales, que bailaban con fuerza y devoción.
Ni la lluvia detuvo la celebración. Por el contrario, la presencia del agua fue interpretada como un augurio positivo, ya que, según la cosmovisión andina, la tarka es un instrumento que llama a la lluvia y celebra la vida.
El viceministro de Patrimonio e Industrias Culturales y Creativas, Juan Carlos Cordero, valoró el compromiso de los participantes. “Agradecemos a todas las delegaciones de pueblos indígenas originarios y sectores urbanos que hoy nos recuerdan el valor de nuestras raíces y expresiones culturales”, expresó.
El evento culminó en la plaza Villarroel con una gran interpretación colectiva, donde miles de tarkas tocaron al unísono. Cordero animó a los músicos al entonar: “En esta comparsa todos los jóvenes con su serpentina”, convirtiendo el cierre en una verdade- ra fiesta cultural.
La tarqueada es una manifestación ancestral vinculada a la temporada de lluvias, el jallupacha, y simboliza el agradecimiento a la Pachamama por los frutos de la tierra. Su fuerza sonora, colectiva y espiritual la convierten en una de las expresiones más profundas de conexión entre la música, letra y el pueblo boliviano.
AEP