En una destacada muestra de determinación, Bolivia ha emprendido un esfuerzo para despenalizar la hoja de coca, desafiando una percepción equivocada que ha prevalecido durante más de seis décadas.
El vicepresidente boliviano, David Choquehuanca, ha liderado esta iniciativa, llevando a cabo acciones estratégicas para obtener respaldo internacional y abrir un diálogo crítico en la Convención de Naciones Unidas de 1961.