Para algunas comunidades el ritual representa la muerte, la fertilidad, la reproducción; mientras que para otras es mala suerte.
La Paz, 28 de agosto de 2023 (AEP).- En algunas comunidades, los sabios y las autoridades, al iniciar el ritual del Jach’a Tata Danzante, destacan que este acto es un símbolo de victoria cultural sobre los invasores, ya que recuerdan la resistencia que pusieron sus ancestros a la opresión de los k’aras (personas que no viven en el área rural).
Esta danza es parte de la memoria histórica referente a la época colonial y poscolonial, ya que las autoridades recuerdan cómo los españoles, al llegar a estas tierras, trataron de borrar las costumbres propias del lugar.
“Nuestros abuelos fueron sabios al mantener estas danzas con inteligencia, por eso nunca pudieron dominarnos del todo, nuestros abuelos los dominaron con su arte, y ahora somos herederos de esa resistencia, por eso el Jach’a Tata lleva el saco español, porque es símbolo de nuestra victoria cultural sobre los k’aras invasores”, indicaron los sabios, según el documento elaborado por la Comunidad 24 de Junio y el Grupo de Investigación de la Música Autóctona.
Su representante, Jhosmin Calla Viscarra, señaló que este ritual no solo es una simple interpretación, sino que tiene todo un trasfondo sociológico de resistencia cultural durante la llegada de los españoles a América.
El pasado sábado, el Jach’a Tata Danzante hizo su recorrido por las calles paceñas, así como lo hace desde hace 10 años. Jhosmin Calla se puso la máscara y el personaje se apoderó de su cuerpo, para así comenzar a moverse al ritmo de la música autóctona.
Esta danza está relacionada con la muerte, la fertilidad y la reproducción. Cuenta la leyenda que “los muertos cumplirían una especie de función social relacionada con el ciclo ritual agrícola”. En ese sentido, el señor danzante (nombre traducido) ofrece su vida para otorgarla a los sembradíos.
La comunidad 24 de Junio y el Grupo IMA (Grupo de Investigación de la Música Autóctona) comenzaron la investigación sobre el ritual del Jach’a Tata Danzante, que se inició en 2009.
Calla creció rodeado de folklore. Aprendió a tocar instrumentos autóctonos a temprana edad, viajaba de pueblo en pueblo con su pinquillo en mano y observaba en silencio aquellas danzas que para él eran desconocidas. En ese trajín descubrió las singularidades que caracterizan al danzante, presenció un desfile autóctono y quedó impactado, desde esa vez se propuso indagar más sobre el origen de aquel baile. En su investigación visitó más de 50 localidades en busca de los rastros de esta danza.
Según las averiguaciones que hizo, pudo constatar que el rito varía según la comunidad, la nota del instrumento, la indumentaria, el contexto de interpretación, las fechas de interpretación y otros.
“El ritual no solo se remite a uno de sacrificio, como se practica en algunas comunidades, pudimos encontrar que en otras se lo aplica como parte de la justicia comunitaria, pero que no aplica el danzar hasta morir sino el mostrar fortaleza para no ser expulsado de la comunidad y atraer buena suerte a la misma”, explicó.
En otras regiones el ritual tiene una función agrícola, es decir que se danza para bendecir las nuevas cosechas; y en los lagos, es para tener buenas pescas.
En otros lados el ritual fue olvidado, ya que consideran que les da mala suerte; además, es temido y respetado, por lo que cada año se saca la careta, que pesa más de 50 kilos, y es puesta a la luz del sol interpretando otras danzas en honor a ella para evitar su ira.