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La plaza Murillo, el sitio que rinde honores al líder de la Revolución

En el Kilómetro Cero de la ciudad se encuentra un sitio atesorado por los paceños. La plaza fue diseñada en 1558 por Juan Gutiérrez y su primer nombre fue Plaza Mayor. Posteriormente, adoptó el nombre de Murillo por Pedro Domingo Murillo.

Está ubicada en el Kilómetro 0 de la ciudad de La Paz y a su alrededor se encuentran el Palacio Quemado, el edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional y la Catedral Metropolitana. Adoptó su nombre de Pedro Domingo Murillo, el héroe de la Revolución del 16 de julio de 1809 que murió en la horca. La plaza Murillo es uno de los tesoros de la capital paceña.

La historia cuenta que fue diseñada en 1558 por Juan Gutiérrez Paniagua y que durante la época colonial era el escenario de la vida pública, rodeada de hermosos eucaliptos y con una imponente estatua de Neptuno. Este espacio no solo era la plaza central del asentamiento español de La Paz, sino también la principal fuente de agua de la ciudad, convirtiéndose así en el lugar predilecto de encuentro.

Originalmente fue llamada Plaza Mayor, se convirtió en el centro del poder político del país tras el traslado del Poder Ejecutivo a La Paz, después de la Guerra Federal de 1899.

En el centro de la plaza se encuentra el monumento a Pedro Domingo Murillo, de tres metros de altura y diseñado por Ferruccio Cantella. Fue emplazada en 1909 en lugar de la Fuente del Dios Neptuno.

En el pedestal del monumento está la imagen escultórica de una mujer que representa a la Madre Patria; tiene a su lado a un soldado libertador y a la derecha un león de bronce que simboliza el arrojo y la victoria.

Con traje de la época y con levita, Murillo lleva colgada del brazo una capa y sujeto con la mano un sombrero de ala.

Bajando las escalinatas se encuentra la escultura de un libro con la inscripción de la proclama de la Junta Tuitiva realizada el 27 de julio de 1809 en la ciudad de La Paz por Pedro Domingo Murillo, Gregorio García Lanza, Juan Bacilio Catacora, Melchor León de la Barra, José Antonio de Medina, Buenaventura Bueno, Juan Manuel Mercado, Manuel Victorio Lanza, Sebastián de Aparicio y Figueroa y el Dr. Juan de la Cruz Monje y Ortega.

A un extremo de la plaza hay un monumento a los insignes héroes de la patria y en ella una plaqueta en homenaje a los “mutilados e inválidos beneméritos de la patria de la Guerra del Chaco”. Junto a esta edificación hay un bloque de cemento con los nombres de los protagonistas de la independencia, probablemente en este sitio se colgaron en la horca los cuerpos de los patriotas en 1809.

Con el paso del tiempo, en la plaza Murillo fueron haciendo aparición bellas figuras femeninas hechas en mármol que representan las estaciones del año: verano, invierno, otoño y primavera, y a las cuatro musas de las artes: la pintura, la arquitectura, la música y la escultura.

TESTIGO MUDO

La plaza Murillo fue testigo de múltiples acontecimientos históricos y del paso de varios mandatarios de Estado cuyas acciones fueron aprobadas o desaprobadas por la población, quienes los apoyaban o los destituían.

Los derrocamientos generalmente fueron acompañados de revoluciones civiles, atrincheramientos a la plaza y la lamentable pérdida de vidas humanas como la muerte y colgamiento de Gualberto Villarroel, el 21 de julio de 1946. Villarroel fue derrocado por una turba de sectores reaccionarios y fue asesinado en el interior de Palacio Quemado, y posteriormente su cadáver fue colgado de uno de los faroles de la plaza Murillo.

La Revolución de 1952 concentró en la plaza un desfile social nunca antes visto y el 17 de julio de 1980, la plaza Murillo fue testigo del golpe de Estado de Luis García Meza, que derrocó a la entonces presidenta Lidia Gueiler Tejada.

El 12 y 13 de febrero de 2003, el lugar fue testigo mudo del combate entre militares y policías sublevados en medio de la aplicación del “impuestazo”, que el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada decidió imponer.

Otra situación similar se presentó en octubre de ese año, que terminó con la renuncia de Sánchez de Lozada.

El 26 de junio de 2024, la plaza Murillo fue testigo mudo de un fallido golpe de Estado, esta vez en contra del gobierno constitucional de Luis Arce Catacora.

AEP


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