Esta danza, junto con el ayarichi, recibió en 2014 el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El presidente Luis Arce destacó la relevancia de la danza del pujllay como un poderoso símbolo de resistencia cultural y orgullo para todos los bolivianos. Enfatizó en que esta expresión cultural, cargada de historia y tradición, refleja la esencia misma de la identidad boliviana y la profunda conexión con las raíces del país.
“Con trajes elaborados que brillan bajo el sol andino y melodías que resuenan en el corazón, la danza de los Pujllay nos invita a recordar la importancia de preservar nuestras tradiciones. Es un legado que se transmite de generación en generación, un símbolo de resistencia cultural y un recordatorio de lo que significa ser boliviano”, escribió en sus redes sociales.
En lo que va del Año del Bicentenario de Bolivia, el mandatario ha enfatizado en la importancia de las danzas bolivianas como parte del acervo cultural nacional y su defensa ante tergiversaciones e intentos de apropiación en el extranjero. En este contexto, ya ha resaltado expresiones como la morenada, la diablada, los caporales y la kullawada, y ahora sumó el pujllay.
En marzo, el pueblo Yampara, de Chuquisaca, tiene dos fechas importantes. En una recuerdan su triunfo sobre el ejército español en la Batalla de Jumbate, en 1816. También celebran el pujllay, una fiesta para agradecer a la Pachamama por las buenas cosechas de esta época, la cual, junto con el ayarachi, son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco desde 2014, lo que resalta su importancia dentro del acervo cultural boliviano.
Es así que miles de visitantes se congregaron el 15 y 16 de marzo en Tarabuco para participar en el Gran Pukara Pujllay 2025, donde Arce fue Pasante de Honor del Bicentenario. En esta festividad, los danzantes lucen atuendos tradicionales y ujutas, zapatos con plataforma de madera y espuelas metálicas que marcan el ritmo de la danza.
El mandatario subrayó que el pujllay es un espectáculo deslumbrante, en el que colores y ritmos se entrelazan para dar vida a una de las expresiones culturales más emblemáticas de Bolivia. Aseguró que cada paso de los bailarines es un homenaje a las raíces culturales, un tributo a la fertilidad de la tierra y una celebración de la identidad nacional.
“¡Unámonos en esta fiesta de alegría y orgullo, defendiendo y celebrando nuestras danzas que son 100% bolivianas!”, concluyó Arce.
AEP