En Tiwanaku, el Presidente encabezó la ceremonia principal del Willka Kuti, acompañado por las autoridades y comunidades que recibieron los primeros rayos del sol con ofrendas a la Pachamama.
Con las manos extendidas al sol naciente y al pie del milenario Templo de Kalasasaya, el presidente Luis Arce recibió el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5533 en Tiwanaku, epicentro espiritual del altiplano, ubicado en el departamento de La Paz, donde pidió bienestar, prosperidad y unidad para el pueblo boliviano en el marco del Bicentenario.
“Que este año, que empieza hoy (sábado), sea de bienestar y prosperidad para el pueblo boliviano. Así lo queremos, esas son las sanas intenciones que hemos pedido aquí a la Pachamama y que estamos seguros de que va a conceder a todo el pueblo boliviano con la sinceridad que se le ha pedido en los cuatro puntos cardinales, todos unidos en el Año del Bicentenario, todos unidos pidiéndole mejores días para nuestro país”, señaló el mandatario durante la ceremonia.
Cerca de las 07.17 de ayer, los primeros rayos del sol irradiaron su energía en Tiwanaku, donde el presidente Arce, compañado de varias autoridades de Estado, recibió la energía del Tata Inti. Estuvieron presentes el vicepresidente David Choquehuanca, el presidente de la Cámara de Diputados, Omar Yujra, la ministra de Culturas, Esperanza Guevara, otros ministros y viceministros, así como autoridades invitadas y cientos de ciudadanos que acudieron al lugar para participar en esta ceremonia ancestral. “Como siempre, el pueblo boliviano, en los cuatro puntos cardinales, celebramos este Willka Kuti”, destacó el Jefe de Estado.
Tiwanaku fue el escenario central de los actos por el nuevo ciclo. Desde la madrugada, con temperaturas bajo cero, grupos autóctonos amenizaron la espera con la melodía de sikus, bombos, zampoñas y quenas. Horas antes del amanecer, pututus resonaron al unísono, anunciando la llegada del nuevo año. Luego de recibir los primeros destellos del Tata Inti, los instrumentos volvieron a sonar con intensidad.
Los lugareños, ataviados con su indumentaria tradicional, danzaban y exhibían su cultura ante turistas nacionales y extranjeros. El acto central se llevó a cabo en el Templo de Kalasasaya y comenzó con una ofrenda a la Pachamama, la tradicional wajta o mesa ceremonial. El fuego que consumió la ofrenda fue interpretado como un buen augurio, de acuerdo con la tradición andina.
En ese contexto, Arce manifestó su esperanza en que los “productores este año nuevamente puedan tener una mejor producción, que en las ciudades se genere empleo, se generen ingresos, y que, en todo el país, en este Año del Bicentenario, Bolivia esté unida y en paz”.
El vicepresidente David Choquehuanca, por su parte, compartió en sus redes sociales un mensaje en el que resaltó la necesidad de unidad y diálogo.
“En este nuevo año pedimos unidad y diálogo para salir del difícil momento que hoy vivimos en Bolivia, por el bien de nuestro pueblo y de las futuras generaciones. Hoy recibimos los primeros rayos del sol del año nuevo 5533 desde Tiwanaku para reconectarnos con nuestras raíces y renovar la sagrada conexión con la Madre Tierra”, agregó.
Más de 200 sitios sagrados en todo el país fueron escenarios de ceremonias similares. Ministros, viceministros y servidores públicos participaron en diversas regiones junto a las comunidades locales para recibir el Willka Kuti 5533. Unidad, progreso y sabiduría fueron los pedidos recurrentes en esta festividad que marca también el inicio de un nuevo ciclo agrícola andino.
Desde Copacabana, en el municipio de Yunchará (Tarija), la ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa, destacó el carácter espiritual del momento.
“Al calor del fuego ancestral sentimos la energía de la Pachamama y del Padre Inti. Este no es solo un cambio de ciclo, es un momento sagrado de encuentro entre nuestro pueblo y la Madre Tierra. Con ofrendas, cantos y danzas agradecemos los frutos que nos ha dado la vida y pedimos guía y sabiduría para lo que viene”, enfatizó.
Sosa agregó que, con el inicio de este nuevo año, el Gobierno renueva su compromiso con la tierra, con las raíces ancestrales y con el cuidado de los ecosistemas.
“Sentimos cómo el primer rayo del sol ilumina nuestra esperanza colectiva en un acto de amor profundo por nuestra identidad y por la memo- ria viva de nuestros pueblos. Que este nuevo ciclo nos inspire a caminar con humildad y armonía con la naturaleza”, señaló.
Desde la tierra minera de Huanuni, en Oruro, el ministro de Minería y Metalurgia, Alejandro Santos Laura, participó en un acto ceremonial con una ofrenda a la Madre Tierra y una plegaria por el país. Según el ministerio, el titular del área rogó por “paz, salud y trabajo para todas las familias; un radiante sendero de prosperidad; y un mayor éxito y progreso de la política de industrialización que encamina el presidente Arce por el bien de todos y todas”.
Santos pidió también protección especial para los trabajadores de las empresas mineras estatales y privadas, así como para las cooperativas. Destacó que el esfuerzo de estos sectores es hoy uno de los pilares que sostiene la economía nacional.
En otro punto del departamento, desde las faldas del majestuoso Sajama, los viceministros de Turismo, Hiver Flores, y de la Micro, Pequeña Empresa y Artesanía, Ana Delina Flores, participaron en este momento de renovación espiritual junto a comunidades originarias de la región.
La Ley 1128 de noviembre de 2018 declara el 21 de junio de cada año como día del Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño, como manifestación y expresión de tradición, cosmovisión y saberes ancestrales de las naciones y pueblos indígena originario campesinos del Estado Plurinacional de Bolivia.
La fiesta se celebra en varios lugares del país considerados sagrados, como la Isla del Sol, en el lago Titicaca, en el departamento de La Paz; las ruinas de Samaipata, en Santa Cruz; o en Incallajta, en el departamento de Cochabamba, de acuerdo con datos oficiales.
AEP
