París 2024 repitió los momentos extraordinarios del deporte. Lo que se acumula en cuatro largos años de preparación se decide en un instante.
Se puede ser insensible, pero difícil hacerlo con el deporte: una zapatilla cambia el color de una medalla, mientras el pebetero de los Juegos Olímpicos se extingue llevándose un reservorio de emociones.
París 2024 repitió los momentos extraordinarios del deporte. Lo que se acumula en cuatro largos años de preparación se decide en un instante.
Simone Biles aterrizó en la Ciudad de las Luces con el estigma de una decisión controversial: alejarse de la gimnasia artística por problemas de presión y condición mental. Ganó tres oros, en All Around por equipos, individual y caballo de salto; con plata en suelo.
El trauma, probablemente fabricado por los medios de prensa, no existió. Seguida por el jet-set, entre otros Tom Cruise, Jessica Chastain, Nicole Kidman y Steven Spielberg, la chica de 27 años se mostró “muy feliz y satisfecha” con una actuación que por culpa de la brasileña Rebeca Andrade, dorada en suelo, no fue perfecta.
Aquel llanto desconsolado de la judoca japonesa Uta Abe, cuando perdió el cetro, el desconcierto del húngaro Kristof Milak al verse superado por el rey de los Juegos Olímpicos, el francés Léon Marchand, en los 200 metros mariposa.
El show más estresado que de costumbre del Dream Team, con una actuación memorable de Curry, y el empuje del veterano LeBron James; la sorpresa de España, campeona mundial, al quedarse sin medallas en el fútbol femenino; el doblete de Francia en el voleibol masculino; la actuación del ciclista en pista neerlandés Harrie Lavraysen y el belga Remco Evenepol, campeón de la ruta y la contrarreloj.
En unas horas, termina el que fue probablemente el mayor espectáculo de la cita bajo los cinco aros en la capital francesa, donde en la noche del 26 de julio el mundo vio por primera vez suspendido el que es sin dudas el pebetero más original de la historia.
Lo que entonces pocos sabían era la voluntad de los organizadores de mostrarlo al público en el centro del Jardín de las Tullerías, desde el Museo del Louvre, el Arco de Triunfo del Carrousel, hasta la Plaza de la Concordia.
El aerostato que comienza la subida que puede llegar a los 60 metros, acogió a más de 10 mil personas cada noche en modo picnic y en familia o con amistades a la espera del gran momento, que la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo, quiere mantener como otro símbolo de Paris.
LA FIGURA
La estrella francesa de la natación, Leon Marchand, protagonizó bajo los acordes de Sous le ciel de Paris, el inicio de la clausura de los Juegos Olímpicos de París 2024, en el Stade de France.
Machand recogió en un pequeño candil la llama olímpica de los jardines de Tullerías, donde fue situada bajo un globo que cada noche era elevado al cielo y dejó de arder, con la referida canción de fondo, escrita por Hubert Giraud y Jean Dréjac originalmente grabada por Jean Bretonnière, pero interpretada por diversos iconos como Édith Piaf.
Antes unos 75 mil espectadores situados en las graderías del coloso de Saint Denis siguieron expectantes por pantallas gigantes un video recordatorio de los mejores momentos de la ceremonia de apertura.
El estadio explotó en aplausos al momento de Marchand tomar el fuego con el candil, al tiempo que la cantante francesa Zaho de Sagazan interpretaba la composición de Giraud y Dréjac, acompañada por el coro de la Academia Haendel-Hendrix.
Acto seguido, hicieron su entrada al centro del Stade de France los abanderados de las 206 delegaciones participantes, quienes subieron hacia los pedestales que daban forma a los cinco continentes, ante la presencia del presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro, Gabriel Attal, y el titular del comité organizador de París 2024, Tony Estanguet.
Luego de los abanderados la ceremonia dio paso al desfile de representantes de todos los países que intervinieron en estos XXXIII Juegos Olímpicos, mientras Marchand se dirige al estadio con el candil que porta la flama olímpica.
El Stade de France, ubicado en Saint Denis, en la periferia noreste de la capital francesa acoge esta ceremonia de despedida, ocasión en la cual París entregará el relevo de la bandera olímpica a la estadounidense ciudad de Los Ángeles, sede de la cita de 2028.
“Los Juegos han sido sensacionales”
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, calificó ayer de sensacionales los XXXIII Juegos de París 2024, durante la ceremonia de clausura en el Stade de France.
Bach reconoció el gran trabajo desplegado por el comité organizador encabezado por Tony Estanguet, así como a las autoridades del gobierno francés, en particular al presidente Enmanuel Macron de quien dijo desempeñó una labor incansable para respaldar el éxito de la realización de esta edición bajo los cinco aros.
CINCO ESTRELLAS
El titular del COI estuvo acompañado de Estanguet y de cinco estrellas en representación de cada continente: el judoca francés Teddy Riner, el corredor keniano Eliud Kipchoge, la tenimesista china Sun Yingsha, la nadadora australiana Emma McKeon y el luchador cubano Mijaín López, además de la boxeadora Cindy Ngamba, del equipo olímpico de refugiados.
Estanguet agradeció a todos quienes intervinieron en la organización y labores de apoyo durante la realización de los juegos, los cuerpos de seguridad y policial, bomberos, voluntarios y en general a todos los participantes y aficionados.
Bach premió con antelación, durante esta propia ceremonia a la ganadora del maratón para damas, la neerlandesa Sifan Hassan, que impuso récord olímpico (2:22:55 horas) y las medallistas de plata y bronce, la etíope Tigst Assefa (2:22:58) y la keniana Hellen Obiri (2:23:10).
Finalmente, dio las gracias a París, a Francia y dio vivas a los juegos y la nación organizadora.
La ceremonia de clausura prosigue en el Stade de France, ubicado en Saint Denis, en la periferia noreste de la capital francesa, ocasión en la cual París entregará el relevo de la bandera olímpica a la ciudad estadounidense de Los Ángeles, sede de la cita de 2028.
La Paz/AEP