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Un chuquisaqueño apasionado por el básquetbol.

Calvo: “El amor por Sucre y a la camiseta fue fundamental para salir campeón”

El título nacional de la Liga Bolivia de Básquetbol (Libobásquet) varones que logró el club Universitario, “fue producto del amor a Sucre y a la camiseta”.

René Calvo, capitán del club Universitario de Sucre, campeón nacional de la Libobásquet, destacó la unidad y el esfuerzo del equipo, bajo el mando del profesor Simón Patiño, quien los puso al 110%. El conjunto regaló un título histórico a Chuquisaca.

El título nacional de la Liga Bolivia de Básquetbol (Libobásquet) varones que logró el club Universitario, “fue producto del amor a Sucre y a la camiseta”, afirmó el capitán del equipo capitalino, René Calvo.

Describió que la unión, la convivencia en familia, el esfuerzo, la disciplina, han sido aspectos fundamentales para romper la hegemonía de ochos años de los clubes potosinos, incluso, contó que solo por cumplir el objetivo, salió de la clínica - estaba internado por un infección estomacal- para dar su aporte y respaldo al equipo en los partidos de la Final Four. “Valió la pena, me siento feliz y orgulloso por darle un título histórico a mi querido ciudad”, subrayó el jugador chuquisaqueño.

René, ¿dónde estuvo la fortaleza para conquistar el título de la Libobásquet?

- Ha sido algo muy importante para nosotros por el hecho de que el club universitario estaba totalmente desmantelado. Desde mi llegada hemos hecho todos los esfuerzos para traer gente del exterior, de Cochabamba, que siempre han estado con predisposición.

Hemos formado una familia muy unida, compacta y eso es fruto de todo el esfuerzo de año tras año para lograr el título.

¿Un proyecto sólido y firme?

- El plan se armó este año, aunque el club Universitario me quiso traer mucho antes a Sucre, volví después de nueve años que estuve jugando fuera de mi ciudad. Lo que deseamos es que esté proyecto se mantenga y siga sumando más lauros.

¿Cuánto le significó el amor a Sucre y a la camiseta?

- Lo es todo para mí. Salir campeón con Universitario, en la ciudad donde nací, en la que crecí, es algo indescriptible. Todo esto se lo debo a mi familia, que ha sido un pilar fundamental para que pueda volver a casa.

No ha sido nada fácil estar nueve años fuera, lejos de la familia.

¿Qué ha sido lo bueno del equipo?

- La unión, la fuerza, el compañerismo, la familia que hemos formado fue el principal motivo por el cual pudimos lograr el título, aunque en el camino siempre hay tropiezos.

¿Cuáles han marcado la diferencia?

- La verdad nada ha sido fácil, desde la salida de nuestro primer entrenador se nos complicó todo. Después también nos jugó en contra las lesiones en todos los jugadores. Las enfermedades que nos atacaban, ante todo esto hemos podido sobreponernos, a todas esas dificultades que aparecieron en el camino; hoy en día estamos festejando un título a nivel nacional.

¿Qué ha sido lo fundamental para romper la hegemonía de los clubes potosinos?

- Sabemos que los equipos potosinos, la gran mayoría, tiene un poderío económico, tienen muy buenos jugadores, nacionales, extranjeros, pero el amor por nuestra ciudad, por la camiseta que representamos valió más que cualquier cosa, además de la unión que hemos tenido como equipo, como familia se ha logrado el título.

¿En qué medida han aportado los refuerzos extranjeros?

- Ha sido increíble. Traer a un jugador extranjero de la talla de Ralfi Ansaloni es algo único, para mí ha sido un placer haber jugado a su lado. Es un jugador increíble, que ha jugado en equipos de primera división en todo el mundo, fue una ayuda muy grande y lo mismo de Haylen Washington que desde el primer momento que hablamos él me dijo: “Quiero ir a Sucre, quiero jugar ahí contigo”.  Entonces, hemos hecho todas las gestiones con los dirigentes para también traerlo a él.

¿Cuánto representó tu relación con tantas estrellas mundiales y sudamericanas del básquetbol?

- Mucho, tendría mucho para contar, como dije al principio, el equipo estaba totalmente desmantelado, había unos cuantos jugadores juveniles que estaban en el club, pero desde que llegué nos hemos puesto en contacto con algunos basquetbolistas de la Selección boliviana para ver la posibilidad si querían jugar con nosotros, a apuntar alto, llegar a jugar unas finales y siempre ha estado la predisposición de muchos de venir y eso nos motivó a trabajar bastante.

Sucre siempre los ha recibido de la mejor manera, el grano de arena que han puesto ellos ha sido fundamental en todo el trayecto de la Libobásquet.

¿Qué ha sido lo más difícil en el tramo recorrido?

- En lo personal he tenido al inicio de temporada una lesión y en el último final four estaba con infección estomacal, estando así he jugado. Tuve que salir de la clínica solo para jugar, luego volvía la clínica para internarme. Son cosas que muy pocas personas saben.

¿Qué lesión ha sufrido y cómo la pasó entre la cancha y la clínica?

- A principios de temporada sufrí un estirón en el abductor derecho, pero el cuerpo médico ha podido recuperarme, aunque no al cien por ciento; después llegué al último final four con una infección estomacal y para remachar la cosa me agarró Covid, por eso decidieron internarme en la clínica, porque no me sentía nada bien. Fue gracioso estar en la clínica, salir a jugar y volver, además de ser un trance difícil y riesgo, pero lo logramos y eso nos deja satisfechos. No hacía ningún ejercicio, porque no tenía fuerzas, me ponía todo tipo de vitaminas para salir a jugar. Hoy tengo los dos brazos destrozados por tanto inyectable que me han puesto. Es una experiencia distinta. Gracias a Dios ya me estoy recuperando. Lo bueno es que todo el esfuerzo que hicimos tuvo su recompensa.

Hoy somos campeones y todas las cosas que hemos llegado a pasar como equipo, como persona, valió la pena porque logramos el objetivo, que es algo histórico para Sucre.

Quiero agradecer al Dr. Percy Rojas, quien se ha comportado muy bien con nosotros en Potosí, nos ha dado una gran ayuda.

¿En algún momento pensó en abandonar el proyecto?

- No, nunca. Todo se aprende de las derrotas, de las victorias, de los campeonatos, eso es día a día. Ninguno de mis compañeros nos abandonado, siempre han estado ahí, el cuerpo médico, técnico, todos; entonces, tenía que darles el respaldo y gracias al apoyo de todos he vuelto a ganar un MVP (Jugador Más Valioso) en la liga.

¿Qué viene de aquí en adelante para la ‘U’?

- No tengo idea, el futuro es incierto, aunque las autoridades se comprometieron a poner todo el esfuerzo posible para asistir a una Liga Sudamericana en las mejores condiciones posibles.

Dios quiera que se fortalezca el grupo, que siga unido, que podamos seguir jugando juntos y en unos meses representar de la mejor manera no solo al Club Universitario, sino a toda Bolivia.

¿Cómo está el nivel del baloncesto boliviano?

- La Libobásquet ha hecho que subamos mucho de nivel, que podamos ir a competir con otros equipos del exterior. Hoy por hoy, el jugador boliviano ya es respetado a nivel internacional y cada año hacemos un muy buen papel.

Con el Sudamericano que vamos a jugar ya van a ser ocho en trayectoria y eso me deja alegre y comprometido a trabajar para crecer y mejorar.

¿Cuénteme una anécdota jocosa?

- De muy pequeño, yo no me dedicaba mucho al básquetbol, sino al voleibol, porque toda mi familia es voleibolista. Entonces, me acuerdo que en una ocasión me votaron de la selección de voleibol de Sucre, por ese motivo dejé de practicar el voleibol y me dediqué al básquetbol, me comenzó a gustar más que el vóley, que lo practico en los momentos libres. Eso ocurrió a mis 16 años. Hoy con 32 años (nació el 19 de mayo de 1993), mide 1.93 metros. René Calvo Vidal es, sino el mejor, uno de los mejores basquetbolistas bolivianos, que paseó su juego y nivel por clubes nacionales y extranjeros.

AEP


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