La industrialización representa una solución estructural al monopolio de la producción de aceite en manos de los sectores privados del país.
El gerente de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), Franklin Flores, anunció que Bolivia tendrá su propia marca estatal de aceite refinado, gracias a la pronta conclusión de la Planta de Aceite en San Julián, Santa Cruz. Esta industria permitirá procesar hasta 60 mil toneladas de aceite y se posicionará como una solución estructural frente a problemas de desabastecimiento, especulación y contrabando.
Para cubrir la demanda interna que se vio afectada por el agio, la especulación y el contrabando, el gobierno del presidente Arce presentó una solución estructural.
“La solución estructural está en la Planta de Aceite que ya estamos concluyendo, faltan solo semanas para su entrega. En esta industria se procesará aceite crudo y aceite refinado”, dijo Flores.
Flores explicó que la planta, que se encuentra en las últimas etapas de construcción, tendrá la capacidad de procesar 300 mil toneladas de soja al año, produciendo 60 mil toneladas de aceite crudo y refinado.
“Por lo tanto, vamos a tener aceite, el Estado va a tener su propia marca y ya no vamos a depender mucho del sector privado”, señaló.
Este avance es parte de las políticas del gobierno del presidente Luis Arce para fortalecer la soberanía alimentaria y reducir la dependencia de intermediarios en la cadena de suministro.
Entretanto, se ultiman los detalles para la entrega oficial de la planta. Emapa iniciará la distribución de 100 toneladas de aceite comestible en sus tiendas y ferias locales a partir del lunes 16 de diciembre. Para garantizar un acceso justo, el Estado ha coordinado con los vecinos la venta directa, con la intención de cubrir la demanda interna afectada por las prácticas especulativas.
“Desde muy temprano, vamos a atender las necesidades de la gente hasta agotar el producto”, aseguró el gerente, quien destacó el compromiso de la empresa estatal en garantizar el abastecimiento a precios accesibles.
La puesta en marcha de la Planta de Aceite en San Julián no solo contribuirá al autoabastecimiento de este producto esencial, sino que también fortalecerá la economía boliviana al generar valor agregado a la producción local de soja.
Con esta iniciativa, el Gobierno reafirma su compromiso de ofrecer soluciones estructurales a los problemas de desabastecimiento y de consolidar una política alimentaria basada en la soberanía y la sostenibilidad. Esta nueva industria marca un hito en el proceso de industrialización del país, alineándose con la visión de un desarrollo inclusivo y productivo.
La Paz/AEP