El ducto de GTB tiene una extensión de 557 kilómetros (Km) y atraviesa 168 Km dentro del parque.
El gasoducto Bolivia – Brasil es el principal aliado para la conservación del Parque Nacional Kaa Iya, ubicado en la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz. Fruto de los programas de conservación desarrollados por Gas TransBoliviano S.A. (GTB) se tiene un incremento en la población de mamíferos durante las más de dos décadas en la que la filial de YPFB opera en el lugar con una gestión ambiental responsable.
“Hemos desarrollado un programa de conservación del jaguar entre la dirección del parque Kaa Iya, GTB y las organizaciones indígenas (guaraní, chiquitana y ayorea) encargadas del monitoreo socioambiental. Este animal está en la cúspide de la cadena alimenticia y una población abundante refleja que todo el ecosistema está equilibrado. Con esto desmontamos la idea de que la industria petrolera destruye la naturaleza”, explicó el director SSMA & RSE, Raúl Flores, citado en un boletín.
El ducto de GTB tiene una extensión de 557 kilómetros (Km) y atraviesa 168 Km dentro del parque, además tiene 92 Km en la TCO Isoso y 70 Km en humedales y Pantanal, a través del Bosque Seco Chaqueño, Chiquitano y Cerrado.
“Esta experiencia ambiental comenzó con la construcción del ducto de GTB en 1997. Desde un inicio, el proyecto tuvo un importante componente ambiental, respetando normativa vigente y regulación para el trabajo en áreas protegidas”, precisó Flores.
Tecnología
Las trampas cámara son una herramienta para el registro de la fauna. Esta tecnología permite filmar y fotografiar a los animales de la zona para conocer las condiciones en las que están, su entorno y para evaluar la efectividad de los programas de conservación implementados por GTB.
“Estos equipos son muy importantes para nuestros programas de conservación porque las imágenes permiten evaluar muchos aspectos como los efectos de las medidas de mitigación implementadas luego de la construcción del gasoducto”, explicó la jefe Medio Ambiental, Kenia Arroyo.
Esta área protegida es la más importante del país y con esta experiencia se derrumbó la idea errada sobre la negatividad del ingreso de la industria petrolera a un área protegida. “Cuando las cosas se hacen cumpliendo la normativa y siguiendo buenas prácticas, la experiencia puede ser totalmente positiva”, enfatizó el gerente General de la empresa, Carlos Caballero.
Además, Caballero añadió que “todas las medidas implementadas, la restauración del derecho de vía, la reforestación y finalmente el programa de conservación del jaguar tienen un impacto positivo y verificable. En otras regiones de Sudamérica, la especie está casi extinta, mientras que en Bolivia en Kaa Iya tenemos la mayor cantidad de población de Sudamérica”.
Tanto YPFB como sus filiales y subsidiarias cuentan con programas de remediación y protección de la flora y fauna. “El monitoreo de aspectos bióticos se ejecuta en dos épocas: húmeda y seca, lo cual nos permite tener un registro detallado de la dinámica de la fauna silvestre”, acotó el supervisor de Medio Ambiente, Roberto Domínguez.
Por su parte, Arroyo precisó que a través de los negocios inclusivos se involucran a las comunidades cercanas al derecho de vía en las tareas de vigilancia y control para evitar la presencia de cazadores, traficantes de madera y otras personas que cometen ilícitos que pueden afectar la conservación del Kaa Iya.
La Paz/ABI