En el marco de la normativa vigente, a la fecha son 44 empresas habilitadas para importar combustibles para consumo propio y 4 empresas están autorizadas para importar carburantes y comercializarlos.
Empresarios privados que insistieron en la liberación de importaciones de combustible prefieren la compra de los mismos a precios subvencionados por el Estado, por lo que los 48 habilitados para ello aún no importan volúmenes significativos, el último mes apenas ingresaron 2.000 metros cúbicos, cuestionó el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo.
“Los empresarios prefieren comprar el combustible a costos subvencionados y no optar por realizar la importación, siendo que ellos mismos fueron los que sugirieron que nosotros liberemos la importación y comercialización de combustibles”, señaló en una entrevista con No Mentirás, que se difunde por RTP.
Según datos de la autoridad gubernamental, en el marco de la normativa vigente, a la fecha son 44 empresas habilitadas para importar combustibles para consumo propio y 4 empresas están autorizadas para importar carburantes y comercializarlos.
“De estas 44 no hay un volumen muy significativo, el último mes importaron 2.000 metros cúbicos apenas. Y de las 4, que son para importación y comercialización, igual tienen un volumen importante, pero no hay una eficiencia o efectivamente no se está desarrollando esta actividad como pensábamos que se iba a hacer”, cuestionó.
Gallardo señaló que el factor costo “siempre va a ser preponderante” tomando en cuenta que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) distribuye el litro de diésel a un precio subvencionado de Bs 3,72 y el de diésel ULS (ultrabajo en sulfuro) a Bs 6,72, actualmente.
“Estos costos siempre van a ser inferiores a lo que serían los costos de importación sin subvención”, indicó.
De acuerdo con el ministro, pese a que los empresarios ya tienen aprobadas las normativas para importar combustibles para consumo propio, y además comercializarlo, “siguen prefiriendo el diésel barato, aunque les cueste hacer colas”.
“Ese es el comportamiento que se vio desde que se sacaron estas normativas; la primera fue en el mes de septiembre, la segunda en diciembre y la reglamentación, en la cual se redujeron al mínimo los requisitos, fue en el mes de enero y a pesar de eso no existe un gran impacto”, reflexionó.
El Decreto Supremo (DS) 5218, promulgado en septiembre de 2024, estableció un marco normativo que permite la importación de combustibles para consumo propio, que también beneficia a productores pequeños y medianos.
Mientras que el Decreto Supremo 5271, promulgado en noviembre pasado, autoriza de manera excepcional a personas naturales o jurídicas privadas la importación de diésel y gasolina para su comercialización en el mercado interno.
Para facilitar este proceso, el Gobierno nacional habilitó dos ventanillas únicas: una en Santa Cruz, en el Distrito Comercial de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos; y otra, en la ciudad de La Paz, en la calle Bueno.
En el marco de esas normativas, el fin es que el volumen de combustible importado por el sector privado ayude a aliviar la demanda interna y, a su vez, reducir el monto de la subvención a los hidrocarburos.
ABI