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Bolivia en su Bicentenario rompe barreras: las mujeres conquistan el Legislativo y postularán a la presidencia en 2030

Ambos avances no solo rompen récords. Son calificados como “golpes certeros al patriarcado político boliviano”.


En un país donde las mujeres tardaron siglos en ser reconocidas como ciudadanas plenas, Bolivia dio dos pasos históricos que reconfiguran su mapa político en su Bicentenario.

Por primera vez desde el retorno a la democracia, las mujeres ocuparán más de la mitad de los escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional, mientras que una reciente sentencia del Tribunal Constitucional obliga a que, desde 2030, todos los binomios presidenciales deberán integrar obligatoriamente la paridad de género.

Ambos avances no solo rompen récords. Son calificados como “golpes certeros al patriarcado político boliviano”.

MÁS DE LA MITAD DEL LEGISLATIVO SERÁ FEMENINO

Con la presentación oficial de los resultados de las Elecciones Generales de 2025, Bolivia alcanza un umbral que parecía utópico hace dos décadas. El 52,4 % de los escaños legislativos estarán ocupados por mujeres.

En detalle, 21 de los 36 escaños en el Senado (58,3 %) estarán en manos femeninas, y en la Cámara de Diputados, 66 de 130 (50,7 %) serán diputadas electas, según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer.

“Este nuevo escenario nos impone el reto de acompañar, fortalecer y exigir el compromiso político de las nuevas legisladoras y legisladores, para que la igualdad no solo sea una cifra, sino una realidad transformadora”, afirmó Tania Sánchez, directora de la Coordinadora, en su análisis postelectoral.

El país andino sorprendió a la región en 2020, cuando logró una mayoría femenina en la Cámara Alta. Pero esta vez, el avance es transversal y contundente. Bolivia se coloca así entre los países con mayor representación femenina en sus órganos legislativos, un dato que contrasta fuertemente con la realidad de muchas naciones vecinas.

Sin embargo, este hito, no es homogéneo. En los espacios donde no existe una obligatoriedad legal de incluir mujeres en las listas, la representación disminuye drásticamente.

En los escaños indígenas especiales, por ejemplo, solo el 14,2 % será ocupado por mujeres. Y en los espacios supraestatales -un cuerpo poco visible pero clave en decisiones internacionales— apenas una mujer ha sido electa frente a seis hombres.

Esta disparidad, según la Coordinadora, responde a mecanismos permisivos que aún permiten la presentación de listas incompletas o sin paridad, especialmente en candidaturas especiales.

Aun así, hay conquistas inéditas, por primera vez, las candidatas mujeres electas en circunscripciones uninominales superaron el 50 %. Un avance histórico en un terreno donde tradicionalmente predominaban figuras masculinas con capital político local.

LA PARIDAD LLEGA A LA PRESIDNCIA EN EL 2030

Como si el nuevo Legislativo paritario no fuera suficiente, otro avance que sacudirá el panorama político boliviano, será desde las elecciones de 2030 cuando la paridad de género será obligatoria en los binomios presidenciales.

La decisión fue adoptada por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que el 11 de agosto emitió la Sentencia Constitucional 0040/2025, marcando un parteaguas en la historia institucional del país.

Según el dictamen, si un candidato a la presidencia es varón, su acompañante en la fórmula deberá ser mujer y viceversa. Sin excepciones.

La medida cierra una laguna legal que persistió incluso después de reformas constitucionales de avanzada, como en 2009. Aunque la ley boliviana exige paridad en listas legislativas desde 2004, el binomio presidencial había quedado fuera del alcance de la paridad, perpetuando una exclusión simbólica y práctica.

“La historia nos marcó con exclusión. Las mujeres y los campesinos fueron sistemáticamente marginados de la vida política del país. Ahora estamos saldando una deuda histórica con esta decisión”, dijo, en su momento, el presidente del TCP, Gonzalo Miguel Hurtado.

“El derecho tiene género. Y por mucho tiempo ese género fue masculino. Esta decisión es histórica, tanto como lo fue la Revolución del 52 o la aprobación de la Constitución del 2009. No es un regalo para las mujeres, es el cumplimiento de la ley y de la justicia constitucional”, dijo por su parte, la magistrada Elizabeth Cornejo tras destacar el fallo. 

CATALINA Y EL FUTURO POSIBLE

Pero entre los artículos constitucionales y los argumentos jurídicos, existe una historia que capturó la esencia humana de esta sentencia.

Catalina, una niña de 10 años que en medio de una conversación política familiar (sobre los candidatos y sus propuestas) preguntó a su padre si ella podía ser presidenta. Su padre le dijo que no, que ese “era un lugar reservado” para los hombres.

"Catalina no tuvo respuesta ese día, pero hoy la tiene (…) Le decimos a ella, y a todas las niñas de Bolivia que, sí pueden ser presidentas. Hoy, el Estado está obligado a garantizarlo", dijo el magistrado René Espada.

Ahora el 2025 quedará marcado como el año en que Bolivia decidió tomarse en serio la democracia paritaria. No como una política de inclusión simbólica, sino como un principio estructural del Estado. Desde el Parlamento hasta el Poder Ejecutivo, las mujeres ya no son una minoría por representar, sino una mayoría con poder de decisión.

Pasaron 73 años desde que las bolivianas votaron por primera vez en unas elecciones generales. Ahora, las mujeres no solo eligen, también gobiernan, legislan y aspiran a la presidencia. Esta vez, el camino no está abierto por concesión, porque ahora está garantizado por la Ley.

ABI

 

 


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