El Gobierno construye una planta procesadora de coca en Sacaba, Cochabamba, que operará este año. Se proyecta, además, una segunda factoría industrializadora en Yungas de La Paz.
La Paz, 12 de enero de 2024 (AEP).- El presidente Luis Arce destacó ayer, en el Día Nacional del Acullico, las cualidades y beneficios de la hoja sagrada de coca, un producto milenario arraigado en la cultura y tradiciones de los pueblos originarios de Bolivia.
En un acto masivo, Arce subrayó el compromiso del Gobierno nacional para industrializar la hoja de coca en colaboración con los productores de La Paz y Cochabamba, buscando otorgarle valor agregado y reconocimiento internacional.
“Hoy recordamos un año más el Día Nacional del Acullico, una prioridad nacional decretada por el Gobierno. Estamos iniciando una campaña internacional para desclasificar la hoja de coca de la lista de estupefacientes, confiamos en el éxito porque conocemos sus bondades y virtudes”, expresó.
El Presidente resaltó que, una vez desclasificada, la hoja de coca podrá ser exportada de manera industrializada, abriendo oportunidades en otros continentes.
Destacó el crecimiento del acullico en todo el país.
Planta
Con el objetivo de aprovechar las propiedades y cualidades de la hoja de coca, el gobierno de Arce construye la planta procesadora de coca en Sacaba, Cochabamba, con un 83% de avance físico y proyectada para operar este año.
“La industria no solo apunta a lo medicinal, sino también a la producción de dentífricos y alimentos basados en la hoja de coca”, explicó Arce.
Informó de la iniciativa de construir una planta industrializadora de coca en los Yungas de La Paz, destinada a producir productos medicinales, cosméticos, alimentos, infusiones y bebidas carbonatadas.
Resaltó la importancia de la investigación en ambas plantas para revalorizar aún más las propiedades de la coca. La meta es exportar la hoja, pero antes se la debe desclasificar en la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas.
Vicepresidente
David Choquehuanca recordó la “trascendental” fecha en la que la Convención Única de Estupefacientes, en 2013, reconoció el derecho de Bolivia a acullicar, industrializar y cultivar la hoja sagrada.
Señaló que este reconocimiento marcó una corrección histórica, contrastando con el “gravísimo error” y el “acto criminal” que representó la condena de la hoja de coca en 1961, cuando la Convención Única sobre Estupefacientes decretó su exterminio.