La propuesta no es volver al pasado, sino recuperar el camino de la humanidad para garantizar un futuro con dignidad para todos los seres de la Madre Tierra.
La universidad debe trabajar en la transición hacia un paradigma que pone en el centro del interés el Vivir Bien de la humanidad y de la Madre Tierra, afirmó el vicepresidente David Choquehuanca.
La postura la fijó durante su intervención en la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio, Japón.
“La universidad tiene que trabajar en la transición del paradigma civilizatorio antropocéntrico hacia un paradigma cosmo-biocéntrico. La universidad tiene que trabajar en la transición de la geopolítica de dominación, de sometimiento, hacia la geapolítica del Vivir Bien poniendo en el centro del interés el retorno al equilibrio para el Vivir Bien de la humanidad y de la Madre Tierra”, dijo.
Según un reporte de la Vicepresidencia, Choquehuanca planteó hacer un diálogo intercientífico entre las ciencias modernas y las ciencias ancestrales que permitan crear un conocimiento plural de la vida y construir de esta forma una nueva didáctica y una pedagogía de la cultura de la vida, desde una visión crítica, plurinacional, de educación comunitaria y aprendizaje colaborativo.
“La pedagogía de la cultura de la vida podría ci-mentarse en los códigos de los pueblos originarios, en las culturas milenarias del mundo... que han resistido a los 500 años de colonización. Uno de los códigos es el código Larama, significa rebelde guerrero, rebelde con sabiduría. Necesitamos líderes que se rebelen contra el abu- so, contra la mentira, contra el engaño, contra la división, contra el racismo”, remarcó.
El Vicepresidente destacó también que los pueblos originarios han resistido al colonialismo mediante el retorno al equilibrio, con una forma de razonamiento que une el “pienso-siento”, es decir unir la emoción y el pen- samiento, fundamento de la conciencia integral.
Denunció que las redes sociales y el metaverso, bajo control de corporaciones transnacionales, se han convertido en herramientas de división, control ideológico y servidumbre voluntaria, violando las soberanías territoriales y generando nuevas formas de colonialismo digital.
“Los operadores de las corporaciones transnacionales de las redes sociales actúan desde el metaverso, mundo virtual, produciendo efectos en el mundo real. Es en el mundo real donde se materializa el divisionismo, la confrontación y las guerras, donde se generan los desequilibrios y se masifica el consentimiento de la gente a la servidumbre voluntaria”, manifestó Choquehuanca.
ABI