José Sánchez, nuevo comandante general del ejército, ordenó al personal militar movilizado en la plaza Murillo retornar a sus unidades.
La posesión de un nuevo Alto Mando Militar, en la Casa Grande del Pueblo, aplacó ayer el golpe de Estado fallido orquestado por el general Juan José Zúñiga en contra del presidente Luis Arce.
A las 17.16, en el hall de la Casa Grande del Pueblo, Arce tomó juramento al general de División, José Wilson Sánchez Velásquez, como nuevo comandante general del Ejército; al general de División Aérea, Gerardo Zabala Álvarez, como comandante general de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), y al vicealmirante Renán Wilson Guardia Ramírez como comandante general de la Armada Boliviana.
Ante el Presidente, el vicepresidente David Choquehuanca, miembros de tres fuerzas y la prensa, Sánchez, Zabala y Guardia juraron a sus nuevos cargos, en medio de gritos como “Los golpistas no pasarán”.
“Es una gran satisfacción ocupar el cargo de comandante del Ejército de la Fuerza Aérea y de la Armada. Es una gran responsabilidad que recae en nosotros, por eso es que agradecemos al hermano Presidente, al hermano ministro de Defensa (Edmundo Novillo) y al Alto Mando Militar por confiar en nosotros. Es una situación especial, decía, porque nadie desea ver las imágenes que estamos viendo en las calles, es por eso que, ahora en mi condición de comandante general del Ejército y en representación de los tres comandantes de fuerza, pido, ordeno, dispongo que todo el personal que se encuentra movilizado en las calles debe retornar a sus unidades”, sostuvo Sánchez en sus primeras declaraciones como comandante general de las Fuerzas Armadas.
Sánchez reemplazó a Zúñiga, quien en días precedentes al golpe de Estado fallido emitió declaraciones sobre temas políticos, algo prohibido para un militar según la Constitución Política del Estado.
El nuevo comandante pidió a Zúñiga no dejar “sangre derramada de los soldados, no está bien”. “Este nuevo Alto Mando y los mandos de fuerza vamos a cumplir lo que dice la Constitución y las leyes que rigen a la institución militar. Vamos a estar siempre al pendiente de que el orden legalmente constituido, el Gobierno legalmente constituido, permanezca de acuerdo con lo que dicen las normas del Estado”, manifestó.
El presidente Arce consideró que Bolivia vivió una jornada “atípica” con un golpe de Estado fallido “por militares que están manchando el uniforme, que están atentando contra la Constitución Política del Estado”.
“Pero también contamos con militares que saben que nuestra Constitución y el respeto a la normativa vigente es lo más importante. Saludamos a quienes son militares y visten su uniforme con orgullo y hacen valer a sus Fuerzas Armadas en función de la Constitución Política del Estado y ante un gobierno democráticamente elegido. Deploramos actitudes de malos militares que lamentablemente repiten la historia tratando de hacer un golpe de Estado, cuando el pueblo boliviano siempre ha sido un pueblo democrático”, argumentó el Jefe de Estado.
Arce apuntó que el Gobierno nacional y el gabinete de ministros y ministras, además del Vicepresidente, estuvieron en la Casa Grande del Pueblo junto con militares que respetan la democracia ganada en las urnas y la Constitución.
“Saludamos al pueblo boliviano que, anoticiado de acontecimientos, está aquí rodeando la plaza Murillo. Saludamos a los organismos internacionales que han reprochado este acto, a los países amigos que se han pronunciado en favor de la democracia boliviana. Saludamos a todos quienes están en este momento, alcaldes, gobernadores, organizaciones sociales, que se están pronunciado en contra de cualquier acción en contra de la democracia boliviana”, expresó.
Además saludó al Comandante de la Policía Boliviana y a la Policía por apegarse a la norma y a las leyes. “La Policía ha dado un ejemplo hoy (ayer)”, manifestó el Jefe de Estado desde la Casa Grande del Pueblo.
