La acusación es por un presunto encubrimiento de los abusos sexuales del jesuita Alfonso Pedrajas en contra de al menos 85 menores en el país.
El juicio oral de los dos exencargados de la Compañía de Jesús en Bolivia Marcos Recolons, de 81 años, y Ramón Alaix, de 83, que debía iniciarse ayer, fue pospuesto para el 26 de marzo.
La acusación es por un presunto encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por el jesuita Alfonso ‘Pica’ Pedrajas en contra de al menos 85 menores de edad.
“El juez decidió suspender la audiencia hasta el 26 de marzo en el mismo lugar, a las 08.15. Están presentando recursos para dilatar el proceso (…) Es histórico, porque se ha sentado en el banquillo de los acusados a dos exaltos cargos (de la Iglesia Católica)”, informó el exjesuita Pedro Lima en entrevista con Bolivia TV.
El Juzgado de Sentencia Penal Anticorrupción y Contra la Violencia hacia las Mujeres cuarto de Cochabamba fijó la audiencia para ayer jueves; sin embargo, fue suspendida hasta marzo por presuntos problemas de salud de uno de los acusados.
El Ministerio Público sostiene en su acusación que ambos jesuitas protegieron a Pedrajas.
Según las investigaciones, Recolons y Alaix, quienes ejercían como provinciales, no hicieron nada ante las denuncias de agresiones sexuales por los exalumnos de los años 70 y 80, por lo que se convirtieron en parte del “manto de impunidad” que cubrió a Pedrajas hasta su muerte a causa de cáncer el 5 de septiembre de 2009 en Cochabamba.
Recolons y Alaix aparecen en los escritos de Pedrajas como dos de los siete “altos cargos” de la Compañía de Jesús que lo ayudaron a eludir las denuncias de sus víctimas.
La Fiscalía sostiene que encontró las pruebas contundentes que vinculan a ambos jesuitas, además presentarán testimonios desgarradores de 18 víctimas, que serán respaldados por informes psicológicos y las graves secuelas que dejaron.
Datos
El Jueves Santo, celebración católica de 2024, los jesuitas españoles Recolons y Alaix fueron puestos ante un juez cautelar, quien determinó su detención preventiva.
Este caso conmocionó a la sociedad y dio paso a que otras víctimas denuncien a más eclesiásticos.
AEP