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Camélidos soportaron 20 grados bajo cero en el altiplano potosino. Foto RRSS

El cambio climático provoca alta mortandad de camélidos en Potosí

Este drama en las alturas de Potosí no es un hecho aislado. En los últimos años, Bolivia ha visto cómo el cambio climático ha desatado una serie de eventos extremos en todo su amplia geografía.

En las alturas del sudoeste potosino, cerca de la frontera con Chile, la comunidad de Quetena Chico enfrenta una crisis sin precedentes.

El termómetro marcó 20 grados bajo cero, una realidad del cambio climático que amenaza su forma de vida.

"Allá estamos sufriendo con el frío", declaró con voz quebrada a la televisora privada Unitel Pedro Rojas, cacique de Quetena Chico, quien viajó desesperado desde su comunidad hasta la capital del departamento en busca de ayuda de la gobernación.

El testimonio de Rojas describe cómo el cambio climático está transformando dramáticamente la vida en las regiones más remotas de Bolivia.

La escena en Quetena Chico es desoladora. Alrededor de 200 llamas, el sustento principal de esta comunidad, yacen congeladas en el altiplano. Las que sobreviven están tan débiles que apenas pueden mantenerse en pie.

Otros cientos de camélidos yacen en la puna altiplánica potosina.

"Los vientos son terribles, por eso la llama ya no come. Se echa hasta que pase el viento, y a veces no come", relató el humilde agricultor, describiendo un panorama de pesadilla climática.

Este drama en las alturas de Potosí no es un hecho aislado. En los últimos años, Bolivia ha visto cómo el cambio climático ha desatado una serie de eventos extremos en todo su amplia geografía.

Mientras Quetena Chico se congela, otras regiones del país han sufrido sequías prolongadas que han devastado cultivos y provocado incendios forestales de proporciones históricas.

En el oriente amazónico boliviano, las inundaciones se han vuelto más frecuentes y devastadoras, desplazando a comunidades enteras y causando pérdidas millonarias en agricultura y ganadería, mientras que en otras partes los incendios han devorado miles y miles de hectáreas de bosque.

Mientras tanto, las ciudades han experimentado olas de calor sin precedentes, poniendo en riesgo la salud de miles de personas, especialmente ancianos y niños.

"El cambio climático no es una amenaza futura, es nuestro presente", afirmó Carmen Soliz, una experta climatóloga de un organismo internacional.

"Lo que vemos en Quetena Chico es solo la punta del iceberg de una crisis que afecta a todo el país", explicó.

Mientras tanto, en las oficinas de la Gobernación de Potosí, Rojas y otros líderes comunitarios esperan una respuesta que pueda aliviar su situación.

La ayuda que buscan no es solo para salvar su ganado, sino para preservar un modo de vida que ha persistido por generaciones y que ahora se ve amenazado por fuerzas que escapan a su control.

El drama de Quetena Chico es un llamado de atención urgente. Mientras el mundo debate sobre acuerdos climáticos y metas de reducción de emisiones, comunidades como esta enfrentan la cruda realidad de un planeta que cambia más rápido de lo que pueden adaptarse.

 

AEP/Mac


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