El Ministerio de Educación asumió la presidencia del Consejo Interministerial del Decenio de las Lenguas Indígenas.
La Paz, 09 de julio de 2023 (AEP).- El Consejo Interministerial del Decenio de las Lenguas Indígenas reiteró, en la tercera sesión ordinaria, el compromiso de profundizar políticas públicas y planes de acción para preservar, revitalizar y promover las lenguas indígenas.
El Consejo —conformado por los ministerios de Relaciones Exteriores, Educación y Culturas— busca alcanzar esos objetivos a través del diálogo intercultural con los pueblos indígenas.
En el país se han identificado 35 lenguas originarias. Para la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco) “cada lengua refleja una visión única del mundo”.
De acuerdo con la Unesco, con la muerte y desaparición de una lengua se pierde para siempre una parte insustituible de nuestro conocimiento del pensamiento y de la visión del mundo.
El gobierno del presidente Luis Arce promulgó en abril del pasado año la Ley 1426 de Declaratoria del Decenio de las Lenguas Indígenas en el Periodo 2022-2032.
Es bajo esa norma que el Consejo trabaja en la preservación, revitalización y promoción de nuestras lenguas ancestrales.
En la tercera sesión ordinaria del Consejo Interministerial del Decenio de las Lenguas Indígenas, el Ministerio de Educación asumió la presidencia de esa instancia hasta julio de 2024.
En su primer año de funcionamiento, la cancillería ejerció la presidencia.
El titular de Educación, Édgar Pary, destacó las políticas públicas gubernamentales impulsadas para la conservación y preservación de las lenguas originarias.
De acuerdo con Pary, el avance en esa materia se sabrá con certeza con los resultados del Censo de Población y Vivienda del próximo año.
Los tres ministerios que integran el Consejo se comprometieron a ejecutar acciones que contribuyan a detener la desaparición de las lenguas indígenas del país.
En Bolivia hay 35 idiomas indígenas, donde el quechua y el aymara dominan en las tierras altas, el guaraní en el chaco y el mojeño en la amazonia.
Varios estudios señalan que una veintena de lenguas originarias está en peligro de desaparición.
Mujeres indígenas en el chaco boliviano. Foto: ABI
La situación mundial
La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura considera que al menos 3.000 lenguas de las 6.000 que se hablan en el mundo están en peligro de desaparición en mayor o menor grado debido al aumento de las situaciones de conflicto entre idiomas.
Este organismo considera que la lengua de una comunidad está en peligro cuando un 30% de sus niños no la aprenden y cita, entre las razones para que eso ocurra, el desplazamiento forzado de la comunidad, el contacto con una cultura más agresiva o acciones destructivas de los miembros de una cultura dominante.
También estima que el riesgo que sufre un idioma no depende solo de cuántos hablantes tiene, sino de los de otras lenguas del entorno “culturalmente agresivo”.
Según diversas fuentes, el fenómeno de desaparición de lenguas se aceleró durante las últimas décadas del siglo XX y se estima que durante el presente siglo, si no se toman medidas urgentes, desaparecerán más de la mitad de las lenguas que se hablan en la actualidad.
La cultura moxeña. Foto: RRSS
San Ignacio de Moxos recobra su idioma
Cuando una lengua muere, también muere un pueblo. Según la organización Survival Internacional, de las seis mil lenguas que se hablan en el mundo, cinco mil son indígenas.
1894: “¿Has tenido miedo a los pájaros juzgando que es mal agüero? No creas, esos son disparates de vuestros antepasados”. “¿Hazte untado de ciertas hierbas para que se enamoren de ti los indios? ¿Tienes plantadas para este fin? Son cosas del demonio”
Así rezaba uno de los primeros mandamientos de la Compañía de Jesús que se adentró al monte, por Larecaja, La Paz, para colonizar a los indígenas del gran Mojos, pueblos que hablaban el idioma moxeño ignaciano y que hoy emprenden una dura batalla para recobrarlos en su totalidad.
El pueblo moxeño, si bien aceptó para sí los ritos y costumbres de la Iglesia Católica, jamás se deshizo de su cultura, de su idioma. Nunca dejó de oír los buenos augurios que trinan los pájaros y jamás desoyeron los anuncios de muerte de un ser humano que aún trinan las aves en la selva.
San Ignacio de Mojos, Beni, defiende orgulloso su idioma. Su lengua denominada moxeña ignaciana goza de buena salud pese a que proviene de una familia lingüística no conocida.
Las vocales de la lengua moxeña son cuatro: A, E, I, U, y su alfabeto consta de 20 letras, según establece la compilación del libro Alfabetos normalizados.
Una investigación de la organización Survival Internacional señala que de las seis mil lenguas que se hablan en el mundo, cinco mil son indígenas, y de aquellas que se encuentran amenazadas con desaparecer, la mayoría también son lenguas indígenas. Este mismo estudio establece que cada dos semanas una lengua muere en el mundo.
De acuerdo con Survival, las lenguas constituyen uno de los mayores emblemas de la diversidad humana, pues revelan las sorprendentes diferencias con las que los seres humanos perciben, se relacionan con el mundo y le dan sentido.
“También son las exquisitas bibliotecas vivientes en las que hallamos la historia colectiva, el conocimiento, la mitología y las percepciones de todo un pueblo. Sin embargo, esta diversidad se está perdiendo a un ritmo alarmante. Algunos expertos se atreven incluso a afirmar que el 90% de las lenguas del mundo está en riesgo de extinción”, alerta esa organización mundial.
Rituales
Y es que la colonización no da tregua. En el caso de San Ignacio de Moxos, las crónicas de los jesuitas revelan que ahí gobernaba el famoso cacique Yucu; hombres y mujeres, niños y niñas a los que por ese entonces la Iglesia los tildaba de “chusma inmensa” por sus costumbres y sus rituales a la Madre Tierra.
Los árboles de cedros, palmas, tajibos, en cuyos troncos labran panales de cera y miel las abejas, no pasaron desapercibidos por los religiosos que vieron cómo en la espesura de los bosques vivían los osos, antas, tigres, leoncillos, monos, ciervos, venados, liebres, víboras y cocodrilos.
De ese tiempo, hoy su gente se confiesa: “Somos de raíces bien moxeñas (…) Hasta nuestros apellidos son moxeños”, dice Flora Moy, quien luce orgullosa un tipoy (vestido) amarillo que fue confeccionado por sus propias manos para lucirlo en ocasiones especiales.
Ella está empeñada en que sus nietos aprendan el idioma de sus abuelos y tatarabuelos.
Los abuelos aún narran a sus nietos las aventuras de un cacique llamado Yucu, y usan para sí el ‘achu’, máscara de madera o yeso que representa al hombre blanco, concretamente al español. Los europeos son sus bufones en las fiestas patronales.
Y es que el pueblo ignaciano sabe que una lengua solo puede vivir si su pueblo vive, es por ello que se empeña en vestir sus tipoys de colores y en tejer sus hamacas. “Es nuestra forma de vestir y vivir. Queremos que nos respeten”, afirma doña Flora Moy.
El pueblo moxeño mantiene sus raíces y su lengua. Foto: RRSS
Lengua moxeña ignaciana
Alfabeto: A/a – CH/ch – E/e – I/i – J/j – K/k – L/l – M/m – N/n – Ñ/ñ – P/p – R/r – S/s – SH/sh – T/t – TS/ts – U/u – V/v – Y/y
Vocales del moxeño ignaciano
A/a – E/e – I/i – U/u